No lo escribí en su momento (29 de diciembre) porque debía esperar hasta que se hiciera publico. Por, aproximadamente, 17 días, sentí una mezcla de emociones. Y es que a mí los cambios me generan mucha ansiedad. Finalmente, el 14 de enero se anunció en la capilla que era la nueva (segunda) consejera de Sociedad de Socorro de Estaca y fui sostenida por los miembros.
Estoy muy agradecida por esta nueva oportunidad. Voy a extrañar el servir en mi barrio, obviamente, pero el Señor sabía de mi necesidad de descansar (un poquito) de la enorme responsabilidad de ser presidenta de la organización de hermanas adultas de Castillo Central. No es que el llamamiento fuera una carga para mí sino qua ya venía arrastrando un cansancio físico (y mental, ¿por qué no decirlo?) desde mediados del 2024 para acá.
En relación a mi nuevo llamamiento, desde hace tres días me despierto agradeciéndole al Padre el que me haya permitido entrar por la "puerta estrecha y [el] angost[o] camino", (Mateo 7: 14) después de años de búsqueda, y que, aún, me siga considerando "[calificada y] llamad[a] para la obra" (
Doctrina y Convenios 4: 3, 5).
Mi búsqueda se asemeja, supongo, a la misma que tuvieron las personas en la visión del árbol de la vida que tuvo Lehi:
"Y vi también un sendero estrecho y angosto que corría a un lado de la barra de hierro hasta el árbol, al lado del cual me hallaba; y también pasaba por donde brotaba el manantial hasta un campo grande y espacioso a semejanza de un mundo. Y vi innumerables concursos de gentes, muchas de las cuales se estaban apremiando a fin de llegar al sendero que conducía al árbol al lado del cual me hallaba... Y ocurrió que surgió un vapor de tinieblas, sí, un sumamente extenso vapor de tinieblas, tanto así que los que habían entrado en el sendero se apartaron del camino, de manera que se desviaron y se perdieron. Y sucedió que vi a otros que se adelantaban, y llegaron y se asieron del extremo de la barra de hierro, y avanzaron a través del vapor de tinieblas (...) y siguieron hacia adelante, asidos constantemente a la barra de hierro, hasta que llegaron, y se postraron, y comieron del fruto del árbol." (1 Nefi 8: 20-21, 23-24, 30)
Y, como una cosa lleva a la otra (al menos así funciona mi cerebro😜) sentí el deseo de comprometerme a ejercitar el "pensar de manera celestial" para retribuirle al Señor las "tiernas misericordias" que siempre tuvo conmigo.
"Hoy, para ayudarlos a hacerse merecedores de las abundantes bendiciones que el Padre tiene para ustedes, ¡los invito a adoptar la costumbre de “pensar de manera celestial”! Pensar de manera celestial significa ser de mente espiritual…
Cuando afronten un dilema, ¡piensen de manera celestial! Cuando la tentación los ponga a prueba, ¡piensen de manera celestial! Cuando la vida o sus seres queridos los decepcionen, ¡piensen de manera celestial! Cuando alguien muera prematuramente, piensen de manera celestial. Cuando la enfermedad devastadora de alguien se prolongue, piensen de manera celestial. Cuando las exigencias de la vida los invadan, ¡piensen de manera celestial! Cuando se estén recuperando de un accidente o una lesión, como yo ahora, ¡piensen de manera celestial!
...
Pasar más tiempo en el templo edifica la fe. Y su servicio y su adoración en el templo los ayudarán a pensar de manera celestial. El templo es un lugar de revelación. Allí se les enseña a progresar hacia una vida celestial. Allí se acercan más al Salvador y se les concede un mayor acceso a Su poder. Allí se los guía para que solucionen los problemas de su vida, incluso los problemas más desconcertantes." (Discurso completo
acá)