Las palabras del élder Gong fueron especialmente significativas para mi porque, al igual que muchas otras personas, supongo, a veces siento pesar "por lo que podría haber sido" y, sin embargo, no fue.
Gracias "al modelo divino de Expiación, Resurrección y Restauración por medio de Jesucristo":
- recibimos fortaleza mientras experimentamos lo amargo y lo dulce.
- somos restaurados espiritualmente
- hay un "amanecer para todos".
- las relaciones, a ambos lados del velo, pueden ser enmendadas, reconciliadas y corregidas
- sentimos la aprobación de Dios.
- se nos libra de la muerte, de la fragilidad propia de la edad y de las imperfecciones del cuerpo físico.
- el Padre Celestial “salva todas las obras de sus manos” en un reino de gloria.
- fue posible la restauración de la Iglesia de Jesucristo, con las llaves y la autoridad del sacerdocio para bendecir a todos los hijos de Dios.
- todo aquel que cree en el Señor no se perderá, sino que tendrá "vida eterna”.
- podremos encontrar lo que es "perdurablemente real y gozoso, feliz y para siempre".
Doy testimonio de que la promesa de paz, consuelo y esperanza, presente en este discurso, realmente, se cumplió en mí y que "[mis] lágrimas de gozo [no serán enjugadas]".
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