¿Cómo se puede vivir más plenamente el Evangelio, entonces?
- A pesar de las pruebas y desafíos, podemos mirar hacia adelante, hacia Jesucristo, con la seguridad de que Él "nos rescata[rá] de las tempestades de la vida mediante Su Expiación de acuerdo con el plan del Padre".
- Podemos escuchar y seguir los consejos del profeta, al igual que los pioneros en su travesía por el desierto durante la temporada invernal para " salvar a los santos atrapados".
- Transmitiéndoles a nuestros hijos la "sana doctrina" para que ellos mismos, a su vez. "cre[zcan] y cri[en] a sus [propias] familias en Sion”.
- Ministrar a los demás de tal modo que podamos "rescatar[los] de desafíos físicos y, especialmente, espirituales".
- Teniendo una actitud optimista, aún en las pruebas, para ser capaces de ver "el lado bueno de la vida".
- Hacer de la adoración en la capilla y en el Templo nuestra prioridad.
¿La buena noticia? Estas bendiciones (y otras) no están reservadas tan solo a unos pocos. El Plan de Salvación es para toda la humanidad.
