> Diario de Abish: agosto 2025

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domingo, 31 de agosto de 2025

Invitación a hacer de la adoración a Dios un modo de vida

Teniendo en cuenta que adorar significa "amar y reverenciar a Dios y rendirle servicio y devoción" (Guía para el Estudio de las Escrituras), una evaluación minuciosa de nuestra conducta puede revelar si, verdaderamente, estamos adorándole. 

Porque no, no se  trata de asistir al servicio religioso de la Iglesia solamente sino de, como cita el élder D. Todd Christofferson en su mensaje, "alabar y venerar intencionalmente a nuestro Dios de una forma que nos transform[e]". Y para que esa transformación se lleve a efecto, nuestra vida debe ser una suma de acciones pequeñas, sencillas, cotidianas y constantes. La adoración puede manifestarse, por ejemplo:
  • a través de la forma que vestimos, "no de forma extravagante, sino modesta, de un modo que indique nuestro respeto y reverencia por la Deidad.";
  • al unirnos en oración;
  • al cantar himnos;
  • al instruirnos y aprender unos de otros;
  • al servirnos y sostenernos unos a otros;
  • al dedicar el día de reposo al Señor y Sus propósitos;
  • al tomar la Santa Cena;
  • al escudriñar las Escrituras;
  • al dar testimonio de Cristo;
  • al recibir al Espíritu Santo;
  • al sentir y expresar gratitud por las bendiciones recibidas;
  • al amar a Dios y someter nuestra voluntad a Él;
  • al seguir el ejemplo perfecto de Jesucristo;
  • al hacer y guardar convenios.

"Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque también el Padre busca a tales para que le adoren." (Juan 4: 23)

 

Yo misma experimenté cambios en mi vida al amar, servir y reverenciar a Dios de estas (y otras) maneras significativas desde el 16 de septiembre de 2007, día de mi bautismo en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.  El adorar "cada día, cada día, cada día [y] cada semana, cada semana, cada semana", como aconseja el élder Peter M. Johnson me ayudó a elevarme a alturas que nunca imaginé.


Y con este mensaje, se despide el mes de Agosto. Nos reencontramos en Septiembre, ¿te parece?

viernes, 29 de agosto de 2025

Invitación a cultivar, con otros, la unidad (para que la fe aumente en la tierra)

Imagen de Freepik

Mucho se habla (y se ha hablado) de la unidad que debe existir entre los hijos de Dios. ¿Por qué? En primer lugar, es un mandamiento, un requisito del Señor para demostrar que somos verdaderamente Sus discípulos 
(Juan 13: 34-35). De otro modo, dice Jesucristo mismo, "no so[mos Suyos]" (Doctrina y Convenios 38: 27).

En segundo lugar, la unión entre los que procuran hacer la voluntad de Dios es esencial para edificar Su Reino. Es imposible construir sobre bases inestables, sobre arenas movedizas, ¿verdad? En terreno donde la fe y el amor no fueron sembrados, abonados o nutridos, difícilmente crezca buena semilla.

Felizmente, aunque tenemos distintos orígenes y experiencias de vida, hay algo que nos caracteriza y es que todos somos hermanos espirituales, hijos del mismo Padre Celestial. El ser pacientes unos con los otros mientras transitamos este período de probación terrenal debería ser, por lo tanto, una prioridad.

Soy consciente de que todo esto de la unidad con otros puede parecerle a algunos una utopía pero no se trata de que seamos "iguales" sino de que nos esforcemos por alinear nuestro corazón con el Salvador. De este modo, todos (Sí, incluido vos, que estás leyendo estas líneas) podremos contribuir a que la fe aumente en este mundo cada vez más dividido.  

Sea cual sea tu origen o creencia, también estás invitado a formar parte de este llamado de edificar el Reino de Dios en la tierra; un llamado apremiante, antes de que Jesucristo venga por segunda vez. ¿No es eso maravilloso?

PD: Para saber más sobre la unidad y lo que se puede hacer para alcanzarla, recomiendo, especialmente, este y este mensaje. El primero enseña a "impulsar desde donde uno está" ; el segundo, sobre las mariposas monarca, un ejemplo de cómo las creaciones de Dios trabajan, en conjunto, para cumplir un mismo propósito.

miércoles, 27 de agosto de 2025

Invitación a ser reverentes por las cosas sagradas

A partir de hoy, la lectura de los mensajes de la Conferencia General será por sorteo. Anoté los títulos de cada discurso en papelitos individuales y los guardé en una cartuchera (a falta de algo mejor). Previa oración, iré revolviendo y sacando los pedacitos de papel.  Decidí hacerlo así, para darle un poco más de dinamismo a mi meta 😜. 

En esta oportunidad le tocó al élder Ulisses Soares, quien nos exhorta a "cultivar el don de la reverencia", la esencia misma de nuestra espiritualidad.

La reverencia es un profundo sentimiento de amor y respeto. Cuando va dirigido hacia las cosas sagradas (léase bendiciones, mandamientos, profetas, Iglesia, ordenanzas, sacerdocio o el plan de Dios) le estamos demostrando al Señor que estamos agradecidos por todo lo que nos da y que no haremos nada que pueda dañar nuestra relación con Él. En compensación, obtenemos una mayor capacidad para recibir revelación.

En un mundo en que, cada vez más, se privilegia (y hasta se celebra) lo irreverente, lo profano nuestra postura, como discípulos de Jesucristo (sea cual sea nuestra denominación religiosa), no puede ser neutral. Sí decimos que seguimos y amamos al Salvador, no podemos tratar con liviandad las cosas sagradas, no podemos participar de todo aquello que se burle, denigre o ridiculice al Padre Celestial y al Redentor mismo solo porque es "gracioso" o es tendencia en las redes sociales. Caer en eso equivale a despreciar nuestra conexión con los cielos e, incluso, nuestra identidad divina.

Los que somos miembros de la Iglesia tenemos, en nuestros templos y capillas, un refugio seguro, un "[santuario personal] de fe donde mora el Espíritu" pero, también, podemos crearlo en nuestros propios hogares. ¿No es ese el deseo de toda familia? ¿El edificar cimientos fuertes en el hogar, para proteger a cada miembro de toda influencia mundana?

¿Cómo puede lograrse? La oración es una herramienta poderosa, al igual que la lectura de las Escrituras (y las enseñanzas de los profetas), las cuales nos ayudan a conocer con mayor profundidad al Salvador. El obedecer los mandamientos de Dios puede aportar, a su vez, la paz y el sosiego que el alma de una persona anhela. 

Mientras escribía esta entrada recordé un video que ejemplifica  a la perfección las consecuencias de dejar entrar las influencias mundanas a nuestro hogar y cómo la reverencia por todo lo sagrado invita la compañía del Espíritu Santo.



PD: Hoy, viernes 29 de agosto de 2025, volví a este post para agregar algo de lo que dijo el élder Soares que me quedó rondando en la cabeza y tiene que ver con el impacto que está teniendo últimamente la Inteligencia Artificial en nuestra sociedad.

“A fin de navegar por la compleja intersección de la espiritualidad y la tecnología, los Santos de los Últimos Días deben, con humildad y oración, (1) reconocer los principios del Evangelio que pueden guiar su uso de la inteligencia artificial, y (2) esforzarse sinceramente por obtener la compañía del Espíritu Santo y el don espiritual de la revelación”.

 

"Como seguidores de Cristo, debemos tener cuidado de no debilitar nuestra conexión con Dios y Su Hijo al usar de manera inapropiada contenido e imágenes generados por la inteligencia artificial. Debemos recordar que confiar en un moderno “brazo de la carne” tecnológico es un sustituto inadecuado e irrespetuoso de la inspiración, la edificación y el testimonio que solo se pueden recibir mediante el poder del Espíritu Santo."

 

Me llamó la atención esta alusión a la IA, una herramienta muy útil pero, a la vez, peligrosa, dado que difumina la línea entre lo que es verdadero y lo que no lo es. 

¿Llegará a ser esta "inteligencia" el dios de nuestro siglo si nos descuidamos? Si prestamos atención a la palabra de los Siervos autorizados del Señor, no seremos engañados.

domingo, 24 de agosto de 2025

Invitación a aprender y a comprobar que Jesucristo ha restaurado Su Evangelio y Su Iglesia en la tierra


Esta vez, no seguí el orden en que se dieron los discursos en la Conferencia General porque me tocó ir a la capilla de Virrey del Pino. En la clase de Sociedad de Socorro se compartió el mensaje del élder Bednar, el cual se centró en los tres acontecimientos previos y necesarios para la "organización formal de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días", otra vez, sobre la tierra.

Leímos juntas, en pequeños grupos, acerca de la Primera Visión, la salida a la luz del Libro de Mormón y la restauración del Sacerdocio. Luego, hubo un análisis significativo y compartimos nuestros testimonios. Fue una reunión muy especial ya que, justo ayer y antes de ayer, muchas de nosotras pudimos disfrutar del concierto que el Coro del Tabernáculo ofreció en el Movistar Arena. (Evento del que prometo hablar en una entrada futura).


"La organización formal de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días fue la culminación de una secuencia de experiencias milagrosas (...)

(...) 
La aparición del Padre y del Hijo a José Smith, la traducción y salida a la luz del Libro de Mormón, y la restauración de la autoridad y las llaves del sacerdocio fueron requisitos previos necesarios para la organización de la Iglesia restaurada del Señor hace exactamente 195 años.

En el Antiguo Testamento, el profeta Daniel interpretó un sueño sobre una piedra que sería cortada de un monte, no con mano, y que llenaría toda la tierra. Un año después de la organización de la Iglesia, el Señor indicó a José Smith que las llaves del Reino de Dios habían sido nuevamente “entregadas al hombre en la tierra” y que “el evangelio [de Jesucristo rodaría] hasta los extremos de ella, como la piedra cortada del monte, no con mano”

(...) 

Invito a todos a aprender y a comprobar este mensaje. Prometo que “aquellos que estudien con espíritu de oración el mensaje de la Restauración y actúen con fe serán bendecidos [mediante el poder del Espíritu Santo] para obtener su propio testimonio de la divinidad y del propósito de ella, de preparar al mundo para la Segunda Venida prometida de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo”. A medida que oren fervientemente con la expectativa de recibir una respuesta de Dios y actuar de acuerdo con ella, como lo hizo el joven José Smith, su capacidad para reconocer y responder a ese testimonio divino aumentará.

La invitación está hecha. ¿Quién responderá al llamado?


jueves, 21 de agosto de 2025

Invitación a conectar todo lo que hacemos con nuestro amor por el Salvador


¿Por qué hacemos lo que hacemos

en La Iglesia de Jesucristo?

¿Por qué pagamos el diezmo?

¿Por qué leemos las escrituras?

¿Por qué, en el nombre del Hijo,

al Padre oramos?

¿Por qué servimos voluntariamente,

sin esperar nada a cambio?

¿Por qué tomamos la Santa Cena?

¿Por qué ayunamos?

¿Por qué buscamos los nombres

de nuestros antepasados

para llevarlos al Templo

y, por ellos,

nos bautizamos?

¿Por qué guardamos los mandamientos?

¿Por qué a un profeta escuchamos?


Sentí el deseo de dejar aflorar a la poeta (mala o buena, no lo sé) que habita en mí para empezar este post que tiene que ver, precisamente con los por qué hacemos lo que hacemos como miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. (Arriba menciono solo algunas cosas.)

Voy a ser sincera; casi, casi paso por alto el discurso del élder Ricardo P. Giménez porque fue hace muy poco que lo leímos en una clase de Sociedad de Socorro pero, finalmente, me quedé aquí. (Si venís leyendo mi blog, o si seguiste el enlace antes de volver acá, sabrás que su mensaje fue decisivo para ponerme la meta de estudiar cada discurso de la última Conferencia General. Y sabrás, también, el por qué de ese objetivo 😜) 

En definitiva, hacemos lo que hacemos no solo por cumplir sino porque amamos al Salvador y nuestras acciones son una muestra de ese amor. La invitación del élder Giménez nos ayuda a que nos autoevaluemos y hagamos las cosas por la razón correcta, la cual es "fortalecer nuestra relación por convenio con Dios, y a comprender Sus verdades divinas y eternas".

Y hablando de conectar, este mensaje me remitió inmediatamente a otros dos discursos que dio la hermana Emily Belle Freeman. En su momento, me llamó la atención y se me hizo muy especial que, con un año de diferencia entre uno y otro (El primero, en la Conferencia General de octubre de 2023 y el segundo, en la de octubre de 2024), eligiera hablar de los convenios. Eso demuestra cuan importante y significativo es para ella, particularmente, ese tema.

En 2023, ella se refirió a caminar con Cristo en una relación por convenio; es decir, a cultivar una relación personal con el Salvador.

"La Suya es una misión de condescendencia. Jesucristo se encontrará con nosotros allí donde estemos y como estemos. (...) El Salvador fue enviado para ayudarnos a vencer, pero permanecer donde estamos no nos brindará la liberación que buscamos. Así como no dejó a Jacob ahí, en la tierra, no es la intención del Señor dejar a ninguno de nosotros donde estamos.
La Suya es también una misión de ascensión. Él obrará en nuestro interior para elevarnos hasta donde Él está y, en el proceso, permitirnos llegar a ser como Él es. Jesucristo vino para levantarnos. Él desea ayudarnos a llegar a ser como Él."
"[A]prendan más de Él, inviertan en esa relación concertando un convenio con Él."

En 2024, puso el foco en aprender cómo es que las ordenanzas del sacerdocio y las promesas por convenio, permiten "que el poder de Dios fluya en [nuestras] vida[s] con mayor eficacia, obrando en [y a través de] nosotros".

Estoy dispuesta a cuidar, a proteger mi relación con el Salvador como si se tratase de una "perla de gran precio" (Mateo 13: 45-46).


domingo, 17 de agosto de 2025

Invitación a experimentar plenamente las bendiciones de la expiación del Salvador.

Si bien no se la menciona explícitamente, siento que la invitación del discurso del élder Quentin L. Cook consiste en vivir a pleno el Evangelio, para que las bendiciones derivadas de la Expiación de Jesucristo se derramen sobre nuestras cabezas. El gran Plan de Salvación y el sacrificio expiatorio del Salvador están intrínsecamente ligados. De hecho, sin el segundo el primero no tendría razón de ser.

¿Cómo se puede vivir más plenamente el Evangelio, entonces?
  • A pesar de las pruebas y desafíos, podemos mirar hacia adelante, hacia Jesucristo, con la seguridad de que Él "nos rescata[rá] de las tempestades de la vida mediante Su Expiación de acuerdo con el plan del Padre".
  • Podemos escuchar y seguir los consejos del profeta, al igual que los pioneros en su travesía por el desierto durante la temporada invernal para " salvar a los santos atrapados".
  • Transmitiéndoles a nuestros hijos la "sana doctrina" para que ellos mismos, a su vez. "cre[zcan] y cri[en] a sus [propias] familias en Sion”.
  • Ministrar a los demás de tal modo que podamos "rescatar[los] de desafíos físicos y, especialmente, espirituales".
  • Teniendo una actitud optimista, aún en las pruebas, para ser capaces de ver "el lado bueno de la vida".
  • Hacer de la adoración en la capilla y en el Templo nuestra prioridad.

¿La buena noticia? Estas bendiciones (y otras) no están reservadas tan solo a unos pocos. El Plan de Salvación es para toda la humanidad.


viernes, 15 de agosto de 2025

Invitación a ser parte del apresuramiento de la obra del Señor


La lectura de Ante nuestros ojos, ayuda  a poner en perspectiva lo que está sucediendo, actualmente,  en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, para que "no pasemos por alto la majestuosidad de este momento [ya que el] Señor...  está apresurando Su obra".

En 1834, José Smith profetizó, ante un reducido grupo de miembros de la Iglesia recién restaurada, que ésta "llenar[ía] el Norte y el Sur de América [y el] mundo". Actualmente, con 367 templos en diversas etapas de diseño, construcción o funcionamiento; aproximadamente 80.000 misioneros, sirviendo en 450 misiones, y 308.000 nuevos miembros que se han unido a la Iglesia gracias a la obra misional; 800.000 alumnos inscriptos en Seminario e Instituto y más de 75.000, en BYU–Pathway Worldwide, a nivel mundial,  la profecía, ciertamente, se está cumpliendo.  Aunque, a simple vista, estos números  parezcan una mera estadística, revelan "el espíritu del recogimiento [el cual] es llevar almas a Jesucristo y Su Evangelio".

Al preguntarme cómo es que puedo ser parte yo del apresuramiento de la obra del Señor (En definitiva, la invitación que hace el élder Rasband) de una manera más eficaz,  sentí la impresión de que "no debía dormir durante la Restauración" ni creer que "todo va bien en Sión" (2 Nefi 28: 21).

El no dormir durante la Restauración forma parte de éste mensaje del presidente Utchdorf. Entre otras cosas, él dijo:
 
"Cuando nuestro tiempo en la vida terrenal se haya terminado, ¿qué experiencias podremos compartir sobre nuestra contribución a este período significativo de nuestra vida y para el avance de la obra del Señor? ¿Podremos decir que pusimos manos a la obra y trabajamos con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerza? ¿O tendremos que admitir que nuestra función, en su mayor parte, fue de observadores?"
"Hay demasiado en juego para nosotros como individuos, como familias y como la Iglesia de Cristo para hacer las cosas a medias en esta obra sagrada.
Ser discípulo de Jesucristo no es una labor de una vez a la semana o una vez al día. Es una labor constante y permanente."
"Estemos despiertos y no nos cansemos de hacer lo bueno, pues estamos “poniendo los cimientos de una gran obra”, incluso haciendo los preparativos para el regreso del Salvador. Hermanos, cuando nosotros añadimos la luz de nuestro ejemplo como testigo a la belleza y el poder de la verdad restaurada, no dormiremos durante la Restauración."

Del mismo modo, el pensar que "todo va bien en Sión" puede causar que bajemos la guardia y caigamos en una falsa sensación de seguridad e, incluso, en la inactividad espiritual, casi sin darnos cuenta. 

Como una de esas personas a las que, a veces, les cuesta salir de su zona de confort, agradezco mensajes como el del élder Rasband, al que acabo de dedicarle este post.


miércoles, 13 de agosto de 2025

Invitación a ser espiritualmente sana

"¿Quién subirá al monte de Jehová?¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón,el que no ha elevado su alma a la vanidad ni jurado con engaño." (Salmo 24: 3-4)

 

¿Qué significa o implica ser espiritualmente sana en Cristo? A continuación, intento transmitir los pensamientos que me inspiraron las palabras de la hermana Johnson mientras leía y tomaba apuntes, camino al trabajo:
  • La sanación espiritual nace de la fe y la conversión en Jesucristo.
  • El término “sanar” se tradujo de una palabra griega que significa salvar, rescatar, liberar o curar. El descubrir esto amplió mi perspectiva sobre el alcance que tiene  el sacrificio expiatorio del Señor. Quizás no sea liberada de mis debilidades físicas y desafíos emocionales pero mi espíritu es de Él. Soy Suya y volveré con Él si hago mi parte. Estoy en Sus manos. Siempre viene en mi rescate.
  • Mientras reflexionaba en el hecho de que Jesucristo rescató mi espíritu, lo liberó de la obscuridad, rompió las cadenas que me tenían atada vino a mi mente el video El mediador.


Ser espiritualmente sana significa:
  • mantenerme digna, virtuosa, convertida, totalmente diferente de la persona que era antes de recibir la remisión de mis pecados;
  • ser merecedora del sacrificio que Cristo hizo por mi;
  • ser agradecida y retribuir;
  • reconocer Su mano en todas las cosas;
  • honrar Su nombre;
  • ser Su discípula
En definitiva, ser espiritualmente sanos implica permitir que la luz de Jesucristo brille tanto en nosotros que no haya lugar para las tinieblas. La invitación no puede ser más apropiada en los tiempos que corren.  

martes, 12 de agosto de 2025

Invitación a ser humilde

Foto de Fa Barboza en Unsplash


Podría haber empezado a leer cualquier de los discursos pero, no, decidí seguir un orden (Esto no quita que, quizás, cambie de idea más adelante y elija ir por la mitad de la Conferencia o, ¿quién sabe? por el final ☺.)

Ya desde su título, Como un niño pequeñito,   el élder Holland anticipa que la invitación tiene que ver con ser "sumiso, manso, humilde [...], tal como un niño..." (Mosíah 3: 19). Y no, la humildad no hace referencia  a la situación económica de una persona sino a su condición espiritual o, en otras palabras a la disposición a ser enseñable y a someterse a la voluntad del Señor, sin ningún "atisbo de orgullo" en su corazón.

En lo personal, estoy trabajando mucho por desarrollar el atributo de la humildad, de manera más plena, por lo que agradezco cada vez que algún líder o autoridad general hace referencia al tema. 

En mi esfuerzo por profundizar mi estudio sobre las invitaciones y la humildad, el buscador de la Biblioteca del Evangelio me dio como resultado una larga lista de sugerencias. Los títulos de los mensajes que más me llamaron la atención, en esta oportunidad, fueron Por vía de invitación, del año 1992,  y Humildes para aceptar y seguir, del 2023.

Fragmentos del primero:

"Creo que todo ser lleva en su interior el deseo de venir a Cristo. Quizás por el hecho de que somos hijos de Dios tenemos la necesidad humana básica de hacerle esa promesa a la parte espiritual de nuestro ser. Cada uno de nosotros trata de llenar esta necesidad de acuerdo con su conocimiento.
Como miembros de Su Iglesia verdadera, quizás no necesitemos tanto que se nos enseñen nuevas cosas como que se nos recuerden aquellas que ya sabemos; eso es lo que logramos cuando meditamos sobre el nacimiento de nuestro Salvador; creo que el hacerlo le recuerda a nuestra mente terrenal aquellas cosas que nuestro espíritu ya sabe."

Fragmentos del segundo:

"A todos nos gusta pensar que somos lo suficientemente humildes, pero algunas experiencias en la vida nos hacen darnos cuenta de que el orgulloso hombre o mujer natural a menudo está muy vivo dentro de nosotros."
"Algunas personas confunden ser humildes con otras cosas, como, por ejemplo, ser pobres; pero en realidad hay muchos que son pobres y orgullosos, y también muchos que son ricos y a la vez humildes. Otros que son muy tímidos o tienen baja autoestima pueden tener una apariencia externa de humildad, pero en el fondo hay veces que están llenos de orgullo."
"[L]a invitación y la promesa del Señor son claros y reconfortantes: “Sé humilde; y el Señor tu Dios te llevará de la mano y dará respuesta a tus oraciones”


lunes, 11 de agosto de 2025

Cincuenta y cinco días para entregarle al Señor una mejor versión de mí misma

Allá, por octubre de 2019, me propuse leer un discurso de la Conferencia General diario e ir, paralelamente, registrándolo en este blog. Lamentablemente, no pude cumplir mi meta. El ser constante es, algunas veces, un desafío para mí.

Este año la misma idea venía rondando mi mente pero no terminaba por poner manos a la obra. El impulso que estaba necesitando vino de parte de un mensaje que se compartió hoy en la clase de Sociedad de Socorro de Catán 2, el cual hacía referencia a las invitaciones que el presidente Russell M. Nelson hizo en las dos últimas conferencias (abril y octubre de 2024). En ambas, nos pedía que estudiáramos y meditáramos los mensajes de los discursantes.

Tomé la determinación, entonces, de leer los treinta y dos discursos para descubrir qué otras invitaciones tiene el Señor para hacerme en cada uno de ellos. Pero, a diferencia del 2019, no me enfocaré tanto en publicar un post cada día (Si logro hacerlo, será porque surgió de manera natural y no como una "obligación".), sino, más bien, en llegar al último mensaje antes de la próxima Conferencia General, que se llevará a cabo el 4 y el 5 de octubre. Tengo, por lo tanto, cincuenta y cinco días para leer, meditar, aprender y esforzarme por entregarle al Señor una mejor versión de mí misma.


domingo, 3 de agosto de 2025

Palabras fortalecedoras y (diez) milagros en terreno sagrado

En las semanas del 20 de julio al 1 de agosto (receso escolar invernal) había planificado ir lo que más seguido posible al Templo pero el estado gripal me sorprendió los primeros días, así que tuve que quedarme en casita.

Recién pude asistir el jueves.

Primero, y aunque había un poco de viento, me senté en uno de los bancos que están afuera.  Así, sin ningún ruido que interfiriera, retomé mi postergada lectura del Antiguo Testamento; más precisamente, en el libro de Job, un  "hombre perfecto y recto, y temeroso de Dios y apartado del mal." (Job 1: 1) que sufrió, en contadas horas, las situaciones más adversas, por lo cual se pregunta:

"¿Por qué no morí yo en la matriz, o expiré al salir del vientre? ¿Por qué me recibieron las rodillas? ¿Y para qué los pechos me amamantaron? Pues ahora estaría yo muerto y reposaría; dormiría, y entonces tendría descanso... ¿Por qué se da luz al que sufre y vida a los de ánimo amargado, a los que esperan la muerte, pero no les llega?"
Desde mi punto de vista, más que una queja es una profunda reflexión sobre el propósito de la vida. Esa es la impresión que sentí, nada más y nada menos que con la vista del Templo frente a mí. (En las historias destacadas de mi perfil de Instagram compartí lo que estaba viendo justo en mi momento de estudio personal de las Escrituras)

Más tarde, mientras mi hijo menor hacía bautismos vicarios con otros jóvenes de nuestra Estaca, pude hacer una ordenanza por alguien emparentado con mi esposo.



Mientras esperaba para poder realizar la ordenanza, abrí la Biblia y la abrí justo en Isaías 54. Mis ojos recorrieron los siguientes versículos:

"Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Jehová, y como a la esposa de la juventud que es repudiada, dice el Dios tuyo. Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias. Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento, mas con misericordia eterna tendré compasión de ti, dice tu Redentor, Jehová." (Isaías 54: 6-8)

Me identifiqué totalmente con esas palabras porque, en algún momento de mi vida, fui como esa mujer "abandonada y triste de espíritu" a la cual el Señor llamó y recogió "con grandes misericordias". El del jueves fue un recordatorio más del Señor (porque los últimos días previos a la visita al Templo estuve un poco apesadumbrada) del infinito amor que me tiene, aún con mis debilidades y todo.

Ayer se repitió la visita y fue, aún, más especial ya que fue el último sábado antes de que la Casa del Señor cierre sus puertas por tres meses, debido a mantenimiento. Tanto el interior como los alrededores del Templo desbordaban de gente. Yo misma tuve que hacer dos ordenanzas, en vez de las cinco estipuladas, por falta de tiempo.


Sin embargo, antes de irme pude compartir, con algunas hermanas, otras tarjetas que había llevado. Me volví con un gozo que no cabía en mi pecho, porque se pudo hacer la obra por diez mujeres de mi árbol genealógico, cosa que no tenía planeada y que percibí como la mano de Dios acomodando las cosas para que algunas de Sus hijas, que están del otro lado del velo, pudiesen avanzar espiritualmente. Como bien dicen las Escrituras, en las ordenanzas "se manifiesta el poder de la divinidad." (Doctrina y Convenios 84: 20)

¿Alguien podría decir que ayer no fui testigo de un milagro? Mejor dicho, ¿de diez?