Hoy, me levanté con la determinación de volver a ver y/ o releer un discurso diario de la última Conferencia General, que fue el 6 y 7 de octubre. Esto formará parte de mi estudio personal a partir de ahora.
Pero como es casi imposible transmitir los pensamientos y sentimientos que los mensajes le generan a uno, voy a dejarte acá, cada día, un discurso diferente para que experimentes por vos mismo/a y te sientas inspirado/a, elevado/a, fortalecido/a. Seas o no seas miembro de la iglesia, las preguntas, dudas o preocupaciones que tengas, te aseguro, van a ser respondidas, aclaradas o disipadas.
El discurso que volví a ver hoy, y que que siento inspirada a compartir, tiene que ver con la felicidad. Pero no con una efímera, pasajera, sino con una perdurable y verdadera.
¿Te gustaría experimentarla, sentirla, hacerla parte de tu vida? En el mensaje del élder Henry B. Eyring vas a encontrar la clave↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷