Acabo de anotarme para rendir seis materias de Lengua y Literatura en los finales de marzo-abril de 2021. Como el límite es de veinte alumnos por mesa solo queda esperar que, entre esos veinte de cada llamado, aparezca mi nombre... Mientras, espero 😏.
Te quiero contar que ya tuve mi primer experiencia en un final, justo hace una semana atrás. Me estuve preparando diecinueve días, volviendo a ver los videos que el profe grabó para desarrollar los temas, releyendo textos, haciendo mapas conceptuales, practicando sola y delante de mi esposo como si estuviese dando un examen oral, etc.
Pero como por naturaleza soy ansiosa y me pongo nerviosa ante las cosas nuevas (creo haberlo mencionado en algún otro post) en determinado momento mi mente se llenó de dudas; de miedo de no poder lograrlo, de bloquearme en pleno examen, de que mi mente se quedara en blanco y me olvidara de todo lo estudiado 😭.
Acá viene la razón principal de esta publicación y es que de verdad, estoy convencida, no podría haberlo logrado sin esa ayuda adicional que me brindó la bendición del sacerdocio (recibida dos dias antes del final), el ayuno y la oración. Obviamente tuve el apoyo de mi familia, hora tras hora durante todo el tiempo que duró mi preparación pero no puedo dejar fuera de la ecuación al Padre Celestial. ¿Por qué? Porque en muchas otras ocasiones, cuando tuve que dar una clase o discursar frente a la congregación el Espiritu Santo me dijo aquello que debía decir. Algo que no sabés de mi es que, a veces, tengo muuuy mala memoria (es por eso que me acostumbré a tener a mano mis anotaciones, bien claras y numeradas para saber qué decir; o sea, me atengo a un "esquema") pero en el momento de pasar al púlpito o de estar frente a una clase las palabras "fluyen". Es increíble, el temor se va, mi voz no tiembla, hablo con seguridad. Esa paz solo me da la da una oración previa y silenciosa.
Tampoco me quiero olvidar de otros aliados: las escrituras y los himnos y canciones de la Iglesia.
En lo que duró mi preparación "sobrevolaron" estas escrituras (y similares):"Todo lo puedo en Cristo que me fortalece." Filipenses 4: 13
"Mirad hacia mí en todo pensamiento; no dudéis; no temáis." Doctrina y Convenios 6: 36
"...buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propio afán." Mateo 6: 33-34
"...no os preocupéis de cómo o de qué hablaréis, porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar. Pues no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros." Mateo 10: 19-20
"Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá." 3 Nefi 14: 7-8
En cuanto a los himnos, no recuerdo exactamente cuáles escuché pero serenaron mis nervios mientras esperaba mi turno para rendir.
El examen duró aproximadamente diez minutos. Lo di con una compañera, con la que nos turnamos para hablar y ¿sabes qué? ¡Aprobé!Ahora que sé que los exámenes finales no son ese "monstruo" que me había imaginado, y después de unir a mi esfuerzo personal la ayuda divina estoy mejor preparada para esos otros finales del año que viene.