Aprovecho este momento libre que tengo, entre la comida y el estudio, para contarte porque estuve alejada del blog. Por un lado, no estuve muy bien de ánimo, producto del encierro, del aislamiento (¡qué se yo); por el otro, estoy cursando el Profesorado de Lengua y Literatura (¡Sí, empecé a estudiar! De cómo fue que tomé la decisión, quizás, te lo cuente más adelante, ¿te parece?) y mi tiempo se va entre lecturas de textos, actividades, reuniones via Zoom, Instagram, etc., etc.
Pero hoy me quiero concentrar en la parte del desánimo. Como miembro de la Iglesia (seguramente, ya te lo he dicho en alguna otra oportunidad, o te habrás dado cuenta por mis publicaciones), trato de mantener una vision positiva y optimista de las cosas. Pero, de vez en cuando, caigo. A veces es un instante; en otras oportunidades, el sentimiento dura un poco más pero, al final, siempre me vuelvo a levantar. Me ayuda mucho orar, leer las escrituras, ayunar y, por sobre todo, dejar todo en las manos del Señor y confiar. Como dijo
el presidente Thomas S. Monson en una Conferencia General:
“Haz tu deber, eso es lo mejor; y deja el resto en manos del Señor”.
Aparte de las cosas que te nombré más arriba hubo otras cosas que me dieron ese "empujoncito" para aclarar mi visión, mi perspectiva, los sentimientos contradictorios que estaba teniendo.
Una, fue la charla que dio una psicóloga, miembro de la Iglesia, en Enlace de Fe, en la que dio algunos consejos para saber cómo enfrentar los efectos anímicos del aislamiento en el contexto de la pandemia. A mí me sirvió mucho, sobre todo porque fue desde la perspectiva de la fe.
Otra, el fragmento de un poema que encontré navegando en las redes y que me invitaba a "no rendirme". ¿Casualidad o la mano que Dios me extendía, una vez mas, a través de las oportunas palabras de terceros?
Acá está la charla↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷
Este es el poema completo, erróneamente atribuido a Mario Benedetti↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷
Comparto esto con vos porque sé que no soy la única que se sintió (o siente) así; y tengo la esperanza que mi experiencia sea de ayuda.
¿Qué cosas te levantan (o levantaron) el ánimo en este tiempo? ¿Lo compartirías conmigo y con los que lean esta publicación?