Ya cuando creía que no haría ninguna publicación en diciembre sentí la necesidad de compartir una de mis últimas metas personales, nacida de una encuesta que hicimos en Sociedad de Socorro. Pongo en contexto: los segundos y cuartos domingos de cada mes, las hermanas de la Iglesia nos reunimos para analizar algún discurso de la última Conferencia General, previamente elegido. Al finalizar, y de manera individual o como organización, establecemos una meta que el mismo discurso nos haya inspirado. En el caso de Nutran las raíces, y las ramas crecerán, este fue el resultado
En mi caso particular, opté por ayunar pero no de la manera "tradicional", que sería abstenerme de probar alimentos por veinticuatro horas (o lo que la salud me permita), sino de alejarme por un tiempo de las redes sociales para desconectar un poco del mundo y conectarme con el cielo. La idea ya venía rondándome en la mente pero, la verdad, me estaba costando tomar la decisión. No encontraba el momento "ideal", digamos. Las palabras del presidente Nelson en el 2018 me dieron el impulso final:
"[L]as invito a participar en un ayuno de 10 días de redes sociales y de cualquier otro medio de comunicación que les traiga pensamientos negativos e impuros a la mente. Oren para saber qué influencias eliminar durante su ayuno. El efecto de su ayuno de 10 días podría sorprenderlas. ¿Qué notan después de tomarse un descanso de las perspectivas del mundo que han ido dañando su espíritu? ¿Hay algún cambio en lo que ahora desean dedicar su tiempo y energía? ¿Han variado algunas de sus prioridades, aunque sea un poco? Les insto a anotar y a seguir cada una de las impresiones que reciban."
Sería la segunda vez que llevo a cabo esta meta pero en aquella oportunidad no registré mucho de mi progreso así que me propongo hacerlo en esta. Una segunda meta, derivada de la principal, será, entonces, escribir un post diario, hasta el 30 de diciembre, sobre mis esfuerzos por preservar mi espiritualidad y mi paz mental. ¿Será que podré?