Este domingo, me esforcé por dedicarle todo el día al Señor. Por la mañana, durante la reunión sacramental, como de costumbre, tomé notas de las impresiones espirituales que recibí mientras discursaban. Este post es el resultado de dichas anotaciones.
Como, aún, soy una persona que batalla con muchas debilidades en ocasiones me siento como el rey Lamoni, quien, según consta en Alma 22, se lamentaba por su espíritu inicuo y se preguntaba qué podía hacer para "recibir el Espíritu de Dios [a fin de] se[r] lleno de gozo, y no se[r] desechado en el postrer día". Al igual que él, también estoy dispuesta a dar todo lo que poseo para "recibir es[e] gran gozo".
El consejo, la instrucción y la voluntad del Señor vinieron a mí a través de palabras o frases específicas que pronunciaron los hermanaos desde el púlpito. Considerá hacer propias las partes que consideres que se ajustan a tus circunstancias.
"En una ocasión, unos meses después de mi bautismo, escuché a algunos miembros criticándose unos a otros en la Iglesia, y me sentí muy decepcionado. Fui a casa y le dije a mi padre que quizá yo ya no debería ir a la Iglesia. Era difícil ver a los miembros criticar a los demás de esa manera. Después de escucharme, mi padre me enseñó que el Evangelio había sido restaurado y que es perfecto, pero que los miembros no lo eran todavía, ni tampoco lo éramos ni él ni yo. Me dijo firmemente: “No pierdas la fe por causa de las personas a tu alrededor, sino edifica una fuerte relación con Jesucristo. No mires a tu alrededor, ¡mira hacia arriba!”. (Discurso completo acá)
"Sí, debemos aprender del pasado; y sí, debemos prepararnos para el futuro, pero solo ahora podemos hacerlo. Ahora es el momento en el que podemos aprender. Ahora es el momento en el que podemos arrepentirnos. Ahora es el momento en el que podemos bendecir a los demás y “fortalece[r] las manos caídas”. Tal como Mormón aconsejó a su hijo, Moroni: “[T]rabajemos diligentemente […]. Porque tenemos una obra que debemos efectuar mientras estemos en este tabernáculo de barro, a fin de vencer al enemigo de toda rectitud, y dar reposo a nuestras almas en el reino de Dios” (Discurso completo acá)
"Hermanos y hermanas, este es el momento de que ustedes y yo nos preparemos para la Segunda Venida de nuestro Señor y Salvador, Jesús el Cristo. Este es el momento de que hagamos de nuestro discipulado nuestra máxima prioridad. En un mundo lleno de distracciones vertiginosas, ¿cómo podemos hacerlo?
(...)
Los insto a que dediquen tiempo cada semana, por el resto de su vida, a aumentar su comprensión de la Expiación de Jesucristo.
(...)
No es demasiado pronto ni demasiado tarde para que se conviertan en discípulos devotos de Jesucristo. Entonces experimentarán plenamente las bendiciones de Su Expiación. También serán más eficaces para ayudar a recoger a Israel.
[A]sí que hoy los llamo a que redediquen su vida a Jesucristo. Los llamo para que ayuden a recoger al Israel disperso y a que preparen al mundo para la Segunda Venida del Señor. ¡Los llamo para que hablen de Cristo, testifiquen de Cristo, tengan fe en Cristo y se regocijen en Cristo!
Vengan a Cristo y “ofr[ézcan]le [su]s almas enteras” a Él. ¡Ese es el secreto de una vida de gozo!
Lo mejor está por llegar, mis queridos hermanos y hermanas, ¡porque el Salvador viene de nuevo! Lo mejor está por llegar porque el Señor está apresurando Su obra. Lo mejor está por llegar conforme volvamos por completo nuestro corazón y nuestra vida a Jesucristo." (Discurso completo acá)
Por la tarde, merendamos con mi hermana después de mucho tiempo de no pasar tiempo en familia. Hubo espacio, también, para la indexación, con algún himno de Iglesia de fondo.
Recuerdos que quedarán grabados en mi memoria, este diario... y mi corazón.