Después de mi experiencia en el Profesorado, que tuvo sus cosas buenas (y no tan buenas), tomé la decisión de parar por un tiempo. Las ganas de seguir estudiando se habían apagado un poco y parecía que no iban a renacer por un largo, largo tiempo hasta que el 23 de julio, haciendo trámites por San justo, vi este cartelito↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷
"Nuestra vida es como un tablero de ajedrez y el Señor nos mueve de un lugar a otro, si es que somos receptivos a las impresiones del Espíritu. En retrospectiva, podemos ver Su mano en nuestra vida.(...)
Gracias a la experiencia de mi propia travesía por la vida, sé que el Señor nos moverá sobre aquel imaginario tablero de ajedrez para hacer Su obra. Lo que podría parecer una oportunidad al azar está, de hecho, dirigido por un amoroso Padre Celestial, quien puede conocer el número de cabellos en cada cabeza. Ni siquiera un pajarillo cae a tierra sin que lo note nuestro Padre. El Señor se ocupa de los pequeños detalles de nuestra vida, y esos incidentes y oportunidades han de prepararnos para elevar a nuestra familia y otras personas conforme edificamos el Reino de Dios en la tierra.(...)
Cada uno de nosotros es preciado y amado para el Señor, quien se preocupa, susurra y vela por nosotros de forma particular para cada uno. Él es infinitamente más sabio y más poderoso que los hombres y mujeres mortales. Conoce nuestros retos, nuestros triunfos, y los deseos rectos de nuestro corazón." (Discurso completo acá)