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| Fuente: Youtube |
"Todos los seres humanos, hombres y mujeres, son creados a la imagen de Dios. Cada uno es un amado hijo o hija procreado como espíritu por padres celestiales y, como tal, cada uno tiene una naturaleza y un destino divinos." (La familia: Una proclamación para el mundo)
En el mensaje que el élder Peter M. Johnson dio en la Conferencia General, hizo hincapié en la importancia de recordar quienes somos: hijos e hijas de Dios. Incluso vos, que estás leyendo en este momento este post, seas o no seas miembro de la Iglesia. Sí, vos también sos un/a hijo/a de Dios. ¿Lo sabias?
Lamentablemente, si no estamos prevenidos, podemos olvidar muy fácilmente esa verdad. Personas o circunstancias, pueden hacernos creer que valemos menos de lo que realmente valemos y provocar que rebajemos nuestras normas. Distracciones, como las redes sociales, pueden impedirnos cumplir con nuestro potencial. Finalmente, el desánimo puede llevarnos a pensar que no somos los suficientemente buenos y que no vale al pena seguir intentando.
Podemos contrarrestar estos sentimientos si:
-oramos cada día,
-leemos las escrituras cada día (especialmente el Libro de Mormón, que reafirma que somos hijos de Dios)
-tomamos la Santa Cena cada semana.
El élder Johnson extendió una promesa final:
"A medida que nos esforcemos por amar a Dios con todo nuestro corazón, oremos en el nombre de Jesucristo, estudiemos el Libro de Mormón y participemos de la Santa Cena, tendremos la capacidad, con la fuerza del Señor, de vencer las prácticas engañosas del adversario, minimizar las distracciones que limitan nuestro potencial divino y resistir el desánimo que reduce nuestra capacidad de sentir el amor de nuestro Padre y de Su Hijo."
El discurso completo↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷
