Amé re descubrir el Libro de Mormón este año. Pude profundizar en el carácter de algunos personajes, que quizás había pasado por alto en 2014. Mi admiración por ellos creció. Para mí, como lo dije en distintas ocasiones, leer el Libro de Mormón en Seminario fue como hacer un viaje, un recorrido en el que los nefitas y lamanitas de la antigua América cobraron vida y, por lo menos por una hora de martes a viernes, "visitaron" nuestra salón.
¿Les gustaría recorrer conmigo un poquito de lo que compartimos y aprendimos juntos los jóvenes y yo?
Y pensar que en éste post del año pasado no sabía adonde me necesitaría el Señor 😂.