La razón de esta entrada es para compartir con ustedes dos hábitos que pude adquirir gracias al ayuno virtual que el presidente Nelson nos animó a hacer a todas las mujeres de la Iglesia en la última Conferencia General. Algo de esta experiencia la compartí en un post anterior pero, como me pasa a veces, una parte me quedó en el tintero (el post en cuestión ésta vez lo van a tener que buscar ustedes 😜)
Otro hábito que decidí empezar: leer libros. En mi adolescencia leía seguido pero esa costumbre la fui perdiendo. El deseo de retomar ya lo venia sintiendo. "Para ser un buen escritor, hay que ser un buen lector", leí por ahí. Así que compré tres libros de cuentos (prefiero los relatos cortos a las novelas) en una librería de nuevos y usados. La invitación del presidente Nelson fue ese empujoncito, ese envión final que necesitaba. La idea es leer, por lo menos, un relato cada día.
Acá estoy, feliz con mi adquisición
"Porque he aquí, esta vida es cuando el hombre debe prepararse...; ...el día de esta vida es el día en que el hombre debe ejecutar su obra...; ...porque después de este día de vida, que se nos da para prepararnos para la eternidad, he aquí que si no mejoramos nuestro tiempo durante esta vida, entonces viene la noche de tinieblas en la cual no se puede hacer obra alguna." (Alma 34: 32-33)
¿Importa el uso que hago de mi tiempo? Sí, porque se diluye y no vuelve más...