Aunque la clase fue un poquito "caótica", cada joven pudo leer la parte que yo le iba asignado, alumbrado por las luces de los celulares de otros alumnos (lamentablemente, por ahora, en la capilla no hay luces de emergencia). En un momento, hasta mi esposo nos "iluminó" con su propio celular 👏💪.
Mientras la clase avanzaba, fui sacando fotos para registrar el momento, porque me pareció que reflejaba la responsabilidad que todo miembro (incluidos los jóvenes) tiene en la Iglesia de Jesucristo:
"Alzad, pues, vuestra luz para que brille ante el mundo. He aquí, yo soy la luz que debéis sostener en alto..." (3 Nefi 18: 24) |
"Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder." (Mateo 5: 14) |
"Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos." (Mateo 5: 16) |
"Y Jesús les habló otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida." (Juan 8: 12)
Aunque los jóvenes no lo supieran en ese momento, el corte de luz, los ruidos "afuera", y las preocupaciones por la tormenta, bien podían simbolizar la oscuridad espiritual, las pruebas y desafíos que a diario tienen que enfrentar al "salir" al mundo. Pero, en vez de estar en cualquier otro lugar, haciendo cualquier otra cosa eligieron estar en Seminario, pasando la tormenta y sosteniendo, con valentía, la "luz de Cristo" en alto.
¡Aplausos para los jóvenes del barrio Castillo Central!