♪♫♪Otro año más queda ya atrás; evaluemos lo que pasó. ¿Puedo mejorar, puedo progresar este año que ya comenzó?♪♫♪
Ya van tres días desde que inició este 2025 y aún no me senté a pensar en los objetivos que quiero alcanzar a lo largo de los meses que vienen por delante. Mientras tanto, hago propias las palabras que el Presidente Russell M. Nelson publicó en su Instagram personal:
"Al celebrar mi Año Nuevo nro. 101, sigo disfrutando de la oportunidad que este día nos brinda de nuevos comienzos, nuevas perspectivas y nuevas y renovadas resoluciones.
¿Puedo extenderte una invitación mientras consideras cuáles serán tus resoluciones para este año? Te invito a ir al templo tan a menudo como tus circunstancias lo permitan.
En la Casa del Señor nos centramos en Jesucristo; aprendemos de Él y de Su Evangelio y hacemos convenios que nos unen a Él y a nuestro Padre Celestial. Mediante estas y otras experiencias en el templo, somos fortalecidos para lograr nuestros propósitos de Año Nuevo."
Hubo una época en que el Templo de Buenos Aires se cerró por una ampliación y remodelación completa de todas sus instalaciones. Fue allá por el 2009. Volvió a estar en función, recién, en 2012. Lo que recuerdo, si la memoria no me falla, es que el período de cierre se extendió más de lo que habíamos creído.
Con sus puertas cerradas, muchos miembros de la Iglesia hicieron sacrificios para poder viajar al Templo de Uruguay. Fue una prueba de fe para todos, incluyéndome a mí.
Ahí, creo, fue cuando nos dimos cuenta de lo valioso que era tener la Casa del Señor tan cerca. En mi caso, estoy a una hora, aproximadamente. El tiempo se reduce considerablemente si viajo en auto. Sea como sea, desde entonces, me esfuerzo por asistir al Templo, como mínimo, una vez al mes.
La fotografía que aparece arriba es justo del día que recibí mi investidura, el 17 de diciembre de 2008 (lo tengo registrado en mi otro diario). Aunque no parezca (o sí), no entré sola al Templo de Buenos Aires: Benjamín estaba en mi vientre y faltaba poco para su nacimiento.