El sábado, la miramos desde casa.
El domingo ¡presentes en la estaca! (No sacamos fotos 😞. ¡Me olvidé! 😱)
¡Fue un deleite, un festín espiritual! Se sintió mucho la influencia del Espíritu Santo en los mensajes que dieron los discursantes. En lo personal, recibí muchas respuestas a mis preguntas y fui bendecida "desde lo alto" (Doctrina y Convenios 1: 28) con guía, consuelo y fortaleza para seguir perseverando en esta vida.
Verdaderamente, los hombres y mujeres que hablaron en esta conferencia son siervos y siervas a autorizadas por Dios para hablar en Su nombre.
"Lo que yo, el Señor, he dicho, yo lo he dicho, y no me disculpo; y aunque pasaren los cielos y la tierra, mi palabra no pasará, sino que toda será cumplida, sea por mi propia voz o por la voz de mis siervos, es lo mismo." (Doctrina y Convenios 1: 38)