Tengo una amiga que esta con una situación personal complicada. ciertas palabras vinieron a mi mente y sentí la inspiración de mandárselas vía wathsapp.
Luego sentí la inspiración del mandar ese mismo mensaje a varios de mis contactos (todas mujeres).
El mensaje que envié es el siguiente:
(...)Hace un tiempo caminaba por un hermoso jardín con mi esposa y mi hija; me maravillaba ante la gloria y la belleza de la creación de Dios, y entonces noté que había entre todas las gloriosas flores una florecita diminuta. Sabía el nombre de esa flor porque desde que era niño he tenido una tierna conexión con ella. La flor se llama nomeolvides.
Su nombre contiene un ruego persistente. Según una leyenda alemana, cuando Dios había terminado de nombrar a todas las plantas, una se quedó sin nombre. Una vocecita dijo: “No me olvides, ¡Oh Señor!” Y Dios dijo que ése sería su nombre.
Entretanto, estén agradecidas por todos los pequeños logros en su hogar, en sus relaciones familiares, en sus estudios y en su medio de vida, en su participación en la Iglesia y en su superación personal. Al igual que las nomeolvides, estos logros podrían parecerles diminutos y pasar desapercibidos por los demás, pero Dios los nota y no son pequeños para Él. Si consideran que el éxito sólo consiste en ser la rosa más perfecta o la orquídea más glamorosa, podrían perderse algunas de las experiencias más dulces de la vida.
En mi niñez, cuando miraba a las diminutas nomeolvides, a veces me sentía un poco como esa flor: pequeño e insignificante. Me preguntaba si mi familia o mi Padre Celestial me olvidarían.
Años más tarde, recuerdo a ese muchacho con ternura y compasión. Ahora lo sé, nunca quedé en el olvido.
Y sé algo más como apóstol de nuestro Maestro Jesucristo, proclamo con toda la certeza y la convicción de mi corazón, ¡que ustedes tampoco!
Ustedes no han sido olvidadas.
Hermanas, dondequiera que estén, sea cual sea su situación, ustedes no han sido olvidadas. No importa cuán oscuros parezcan sus días, no importa cuán insignificantes se sientan, no importa cuán relegadas crean que estén, su Padre Celestial no las ha olvidado. De hecho, Él las ama con un amor infinito.
Sólo piensen en esto: ¡El ser más majestuoso, poderoso y glorioso del universo las conoce y las recuerda! ¡El Rey del espacio infinito y del tiempo eterno las ama!
Él que creó y conoce las estrellas las conoce a ustedes y sabe su nombre, ustedes son las hijas de Su reino(...)
Gracias por lo que son. Gracias por los innumerables actos de amor y servicio que ofrecen a tantas personas. Gracias por todo lo que harán para llevar el gozo del Evangelio de Jesucristo a las familias, a la Iglesia, a sus comunidades y a las naciones del mundo.
Hermanas, las amamos. Es mi ruego y mi bendición que nunca olviden que son hijas verdaderamente valiosas en el reino de Dios. En el sagrado nombre de nuestro amado Salvador Jesucristo. Amén." ("No me olvides", presidente Dieter F. Utchdorf, Liahona Noviembre 2011)
Unos minutos después recibí la contestación de mi sobrina que vive en Idaho, Estados Unidos.
Me contó que hacia un par de días se había sentido abrumada por todas sus responsabilidades y que sentía que todo lo estaba haciendo a medias y mal. Gracias a pequeños gestos de gratitud que su esposo y otras personas tuvieron con ella pudo ver las cosas en perspectiva. Sumó a sus palabras su testimonio de que sabe que Dios nos ama y nos hace saber de ese amor por medio de las personas. Me agradeció el mensaje, por que le había hecho recordar las bendiciones que recibimos de Dios y que a veces pasan desapercibidas.
Ésto me demostró, una vez más, que nunca debo dejar pasar las impresiones del Espíritu, porque uno nunca sabe el efecto que algunas pocas palabras pueden causar en una persona. Y quizás hasta le pueden cambiar un día gris en uno de sol radiante.
Aquí les dejo el mensaje completo (¡Disfrútenlo!):