No sé si alguien mas verá los cambios que hubo en mi vida desde que soy miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, pero yo sé que que los hubo.
Tuve que abandonar muchos hábitos e incorporar otros a lo largo de estos casi diez años desde que fui bautizada pero no me arrepiento de haberlo hecho porque ahora soy mas feliz, puedo ver las cosas de otra manera.
No soy perfecta y no sé si llegare a serlo algún día pero se que el Señor me acompaña en el proceso para ser una mejor persona, una versión mejorada de mi misma. |
Creo firmemente en Jesucristo y en mi padre Celestial. Sé que me aman y confían en mí. Los amo y les estoy profundamente agradecida por darme otra oportunidad. Sé que por la Expiación de Jesucristo pude ser perdonada de mis pecados.
Se que puedo recibir revelación personal del Señor, a través del Espíritu Santo. Él puede ayudarme a tomar buenas decisiones cada día.
Sé que si cada domingo tomo la Santa Cena puedo hallar la fortaleza para seguir a Jesucristo durante la semana.
Sé que puedo tener a mi familia conmigo para siempre si me esfuerzo por honrar los convenios que hice con mi Padre Celestial y con Jesucristo. |
Sé que puedo desarrollar atributos semejantes a los que Cristo tiene (sabiduría, paciencia, humildad, caridad, etc) si guardo los mandamientos, si sigo los consejos y advertencias del Profeta del Señor.
Sé, por propia experiencia, que el Padre Celestial responde oraciones.
Sé que todo requiere esfuerzo, disciplina, compromiso de mi parte pero al final del día, cuando veo que lo logré me siento feliz y agradecida.
Por todo ésto y por muchas cosas más sé que vale la pena permanecer y perseverar en el Evangelio de Jesucristo.
El siguiente video expresa mis sentimientos: