> Diario de Abish: ¿Ayunar o no ayunar?

Translate

miércoles, 21 de diciembre de 2016

¿Ayunar o no ayunar?

Hoy, quiero compartir con ustedes un principio del Evangelio que los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos días, practicamos: el ayuno.

¿Qué es el ayuno para nosotros? ¿Por qué lo practicamos?

Básicamente, el ayuno es abstenerse de comer y de beber durante veinticuatro horas.

¿Por qué una persona dejaría voluntariamente de comer y de beber un día entero? 

En primer lugar, es un mandamiento de Dios. En el Antiguo Testamento, los israelitas ya lo practicaban:
 "Ayunamos, pues, y pedimos a nuestro Dios sobre esto, y él nos fue propicio." (Esdras 8::23)
 "Y sucedió que, cuando oí estas palabras, me senté y lloré, e hice duelo algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos." (Nehemías 1:4)
"Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí y no comáis ni bebáis en tres días, ni de noche ni de día. Yo también ayunaré con mis doncellas igualmente, y así entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca."(Ester 4:16)
En el Nuevo Testamento, Jesucristo  nos dió el ejemplo, ayunando él mismo:
"Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre." (Mateo 4: 2)
En segundo lugar, el ayuno tiene un propósito. Y es el de acercarnos mucho más a Dios.

Cuando ayunamos nos abstenemos de ingerir alimentos y líquidos, es decir nos esforzamos por controlar el hambre y la sed que podemos llegar a sentir. En otras palabras, ejercemos autocontrol sobre nuestros apetitos carnales. Ésto nos prepara para concentrarnos en la parte espiritual. 



A través del ayuno, unido a la oración, podemos:

-recibir fortaleza espiritual para enfrentar nuestros desafíos,
-recibir revelación directa de los cielos,
-controlar algún aspecto de nuestra personalidad que nos desagrada y que no está en consonancia con el Espíritu Santo,
-acercarnos mucho más a nuestro Padre Celestial.

Al ayunar, también podemos ayudar a otros:
"¿No es más bien el ayuno que yo escogí: desatar las ligaduras de la maldad, soltar las cargas de opresión, y dejar libres a los quebrantados y romper todo yugo? 
¿No consiste en que compartas tu pan con el hambriento y a los pobres errantes alojes en tu casa; en que cuando veas al desnudo, lo cubras y no te escondas del que es tu propia carne?" (Isaías 58: 8-9)
Si ayunamos apropiadamente, el Señor promete:
 "Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salud se manifestará pronto; e irá tu rectitud delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia. 
Entonces invocarás, y te responderá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitas de en medio de ti el yugo, el señalar con el dedo y el hablar vanidad; 
y si extiendes tu alma al hambriento y sacias al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía;
y Jehová te guiará siempre, y en las sequías saciará tu alma y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego y como manantial cuyas aguas nunca faltan.
Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación en generación levantarás; y serás llamado reparador de brechas, restaurador de calzadas para habitar." (Isaías 58: 8-12)
Personalmente, por problemas de salud había dejado de ayunar. Si bien es un mandamiento, el Señor no quiere que pongamos en riesgo nuestra salud.
Sin embargo, si mi salud me permite hacer, por ejemplo, medio ayuno en vez de un ayuno completo (ésto es, 12 horas en vez de 24, o lo que mi salud me permita), debo hacerlo. En el fondo, el ayuno es una cuestión de fe. 

Así que hoy empecé mi ayuno, después de mucho tiempo. 

En la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se nos requiere que ayunemos, como mínimo, una vez al mes y que el dinero que hubiésemos gastado al ingerir las dos comidas del día las donemos como ofrendas de ayuno. Las bendiciones para uno mismo y para nuestro prójimo son tantas que vale la pena intentarlo.

¿Harán la prueba?

Para más información sobre el ayuno y las ofrendas de ayuno, dejo los siguientes enlaces:



/www.lds.org/manual/gospel-principles/chapter-25-fasting?lang=spa