Ayer me hubiera gustado estar en mi propio barrio, para escuchar a mis hijos dar sus testimonios sobre sus experiencias con el PFJ de este año pero las circunstancias (mi llamamiento como segunda consejera de la Sociedad de Socorro de Estaca) me llevaron a visitar la capilla de Virrey del Pino.
Previamente, la presidenta de Sociedad de Socorro había compartido el discurso que correspondía a la clase del segundo domingo, el cual trataba sobre cómo buscar respuestas a las preguntas espirituales. A lo largo de la semana pasada , tuve mis propias preguntas y fue en la reunión sacramental de un barrio que no era el mío en donde fueron contestadas.
Mientras escuchaba a los jóvenes de Virrey del Pino testificar sobre sus desafíos y en cómo sus experiencias en el PFJ los consolaron, fortalecieron y, en algunos casos, los alentaron a salir a una misión, vino a mi mente que la respuesta siempre es Jesucristo.
Como ya dije en el último post, estoy atravesando mis propios desafíos personales pero, sé, no lo estoy haciendo sola. El Señor mismo y personas que Él pone en mi camino, día a día, me están acompañando, aún sin saberlo, en el proceso.

Los jóvenes de Virrey del Pino, terminada la reunión Sacramental.
Por la tarde, videollamada con mi sobrina que está en Rexburg.