> Diario de Abish: febrero 2025

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lunes, 17 de febrero de 2025

Un libro: todas las posibilidades...


A partir de este día, empiezo una nueva lectura del Libro de Mormón.  Ya venía con la idea en mente pero el impulso final me lo dio un episodio de Anda Conmigo, un podcast de la Iglesia que descubrí no hace mucho. 

Del episodio, lo que me atrajo, en principio, fue su título: "Cómo evitar que el orgullo nos desvíe y distraiga"  y fue por eso que lo elegí. Porque es algo en lo que debo trabajar. No es un tema agradable ni del que se suela hablar pero, seamos sinceros, ¿quién no alberga  una cuota de orgullo en su corazón, aunque le cueste reconocerlo? Ya lo dijo el elder Bednar:

"Permítanme sugerir que, si ustedes o yo creemos que somos lo bastante fuertes y firmes para evitar la arrogancia del orgullo, entonces quizás ya estemos sufriendo de esta letal enfermedad espiritual. En pocas palabras, si ustedes o yo no creemos que podemos ser afligidos ni atormentados por el orgullo, entonces somos vulnerables y estamos en peligro espiritual. En el término de no muchos días, semanas, meses o años podríamos perder nuestra primogenitura espiritual por mucho menos que un plato de guisado."

Por el contrario, el reconocer esa debilidad en nosotros mismos nos ayudará a luchar contra ella. En este sentido, el Libro de Mormón es nuestro aliado, porque en sus páginas se ven reflejadas las consecuencias del ciclo del orgullo y nos dan pautas a seguir esas "cosas pequeñas y sencillas" que menciona el élder Bednar en su discurso para evitarlo o para, al menos, escapar de él si ya estamos dentro.

Por su parte, el presidente Nelson prometió que, si leemos el Libro de Mormón, con espíritu de oración, cada día estaremos capacitados para tomar mejores decisiones. Si, además, meditamos en las palabras del mencionado registro sagrado, las ventanas de los cielos se abrirán para nosotros y recibiremos respuestas a nuestras preguntas, guía para nuestra vida y protección "contra los males de esta época... y [ contra las adicciones,] que entumecen la mente."

Aceptada la invitación, me pregunté  cómo encarar el estudio, esta vez, ya que en las anteriores oportunidades leí El Libro de Mormón de distintas maneras  (y en este mismo blog hay registro de ello, solo que, para encontrarlo habrá que buscar de acá a dieciséis años atrás, entre todas las publicaciones). 😜

La respuesta vino de la mano de la aplicación We Believe. En ella se propone completar la lectura de El Libro de Mormón: Otro Testamento de Jesucristo en 365 días. Cada día hay un versículo y una cita para estudiar y preguntas para reflexionar y contestar. No se trata tanto de aprender algo nuevo siempre al leer sino, como dijo un líder de la Iglesia, de "sentirnos conectados con Dios". Experiencias espirituales significativas nutren el alma, fortalecen espiritualmente, sanan.

Comparto el episodio del podcast, gracias al cual, hoy, estoy escribiendo esta entrada↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷


sábado, 15 de febrero de 2025

Nuestras acciones: parte de un plan celestial

Foto de GR Stocks en Unsplash

Mi estudio de la asignación del Ven, Sígueme correspondiente a la semana del 10 al 16 de febrero me llevó a un discurso que desarrolla el principio de la sabiduría y la previsión de Dios. Las cosas no suceden por azar o coincidencia en la vida de nadie sino que son parte de los planes que Dios tiene para adelantar Su obra en la tierra. Nosotros, como simples mortales, quizás, no entendamos el por qué de todo pero si de algo podemos estar seguros es que hasta en los pequeños detalles se encuentra la mano divina.

Del discurso, algunas de las frases que más sentí propias (vos podés identificar otras, según tus circunstancias):
  • Nuestra vida es como un tablero de ajedrez y el Señor nos mueve de un lugar a otro, si es que somos receptivos a las impresiones del Espíritu.
  • Hay acontecimientos [y relaciones] significativos que suceden en el Evangelio y en la Iglesia que hacen avanzar el Reino de Dios sobre la tierra; no ocurren por accidente, sino según el plan de Dios.
  • El Señor se ocupa de los pequeños detalles de nuestra vida, y esos incidentes y oportunidades han de prepararnos para elevar a nuestra familia y otras personas conforme edificamos el Reino de Dios en la tierra.
  • [El albedrío] ocupa [un lugar relevante] en el [designio divino]. Tenemos la opción de seguir o no a nuestro Salvador y a Sus líderes escogidos.

Hoy, en uno de mis grupos de WhatsApp alguien compartió esta publicación de Instagram, invitando a anotarse en un curso gratuito sobre Psicoeducación en Salud Mental. No le presté mucha atención al principio, la verdad (estaba viajando), pero al llegar a casa me informé más sobre la propuesta y me resultó muy interesante, ya que es algo en lo que yo vengo incursionando, aparte de que me aportará muchas herramientas a nivel personal. El curso se ajusta a mis necesidades, ya que será los días sábados, vía Zoom. ¿Mera coincidencia?😉 

La cosa es que me inscribí y estoy a la espera de que se comuniquen conmigo para una entrevista. No sé en qué desembocará todo esto pero estoy dispuesta a seguir las impresiones del Espíritu del Señor y a ser la pieza de ajedrez que Él está necesitando que sea para que Su Obra avance en la tierra.


lunes, 10 de febrero de 2025

¡Al rescate, siempre!



Ayer me hubiera gustado estar en mi propio barrio, para escuchar a mis hijos dar sus testimonios sobre sus experiencias con el PFJ de este año pero las circunstancias (mi llamamiento como segunda consejera de la Sociedad de Socorro de Estaca) me llevaron a visitar la capilla de Virrey del Pino.

Previamente, la presidenta de Sociedad de Socorro había compartido el discurso que correspondía a la clase del segundo domingo, el cual trataba sobre cómo buscar respuestas a las preguntas espirituales. A lo largo de la semana pasada , tuve mis propias preguntas y fue en la reunión sacramental de un barrio que no era el mío en donde fueron contestadas.

Mientras escuchaba a los jóvenes de Virrey del Pino testificar sobre sus desafíos y en cómo sus experiencias en el PFJ los consolaron, fortalecieron y, en algunos casos, los alentaron a salir a una misión, vino a mi mente que la respuesta siempre es Jesucristo.

Como ya dije en el último post, estoy atravesando mis propios desafíos personales pero, sé, no lo estoy haciendo sola. El Señor mismo y personas que Él pone en mi camino, día a día, me están acompañando, aún sin saberlo, en el proceso.


Los jóvenes de Virrey del Pino, terminada la reunión Sacramental.


Por la tarde, videollamada con mi sobrina que está en Rexburg.


sábado, 8 de febrero de 2025

Receta para pensamientos caóticos


El jueves pasado todo pareció (y enfatizo la palabra pareció) confabularse en mi contra para que mi plan de ir al Templo se viese frustrado.  En primer lugar, no encontraba mi recomendación, me faltaban tarjetas de ordenanzas familiares impresas... Aunque, finalmente, aparecieron la búsqueda causó que saliese tarde. Otras cuestiones que sucedieron en el viaje de ida me llenaron de ansiedad porque pensaba que iba a perder mi cita. Pese a todo, llegué y tuve tiempo de realizar la ordenanza que deseaba a favor de uno de los antepasados de mi esposo.  De hecho, me sentí ligera, como si los mismos  ángeles me llevasen en andas para que cumpliese lo que me había propuesto.

Últimamente estoy atravesando algunos desafíos personales y el Señor lo sabe. Es por eso que allanó el camino para que pudiese estar en Su Santa Casa y encontrar, a través del servicio y la meditación, la calma, el sosiego que tanto estaba necesitando mi espíritu.


Algunas de las palabras que vinieron a mi mente, como destellos de luz:

"[J]esucristo [es] la luz que existe en todas las cosas, que da vida a todas las cosas, que es la ley por la cual se gobiernan todas las cosas..." (Doctrina y Convenios 88: 5, 13)


"[L]os que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán las alas como águilas..." (Isaías 40: 31)

 

Al salir, tuve tiempo de registrar estas imágenes y video↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷



   




Mientras estaba ahí, en los jardines, no pude evitar pensar en mis hijos, quienes, desde el lunes (y por seis días) estuvieron en su propio "lugar santo" (Doctrina y Convenios 87:8), el PFJ



Con gratitud reconocí el amor que el Padre Celestial me demostró antes, durante y después de mi llegada a la Casa de Su Hijo al ayudarme a salir del estado "caótico" en el que mi propia ansiedad me había sumergido.