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lunes, 11 de noviembre de 2024

Paralelismos entre Jesucristo y El Libro de Mormón: mi propia versión

    Foto de Bailey Burton en Unsplash

 

Ya he dicho que, a veces, mi estudio del Ven, Sígueme va a destiempo. Hoy leí parte de lo que correspondía a a la semana pasada y, en algunos versículos de Mormón 7-9, pude encontrar verdades que me ayudaron a entender, de una forma más plena, lo valioso que es, en la actualidad, el Libro de Mormón. Pero hubo algo más: pude establecer paralelismos entre aquel y la vida misma de Jesucristo. No es algo que no se haya hecho antes (De hecho, busqué y encontré este post) pero para mí fue un ejercicio revelador que me hizo atesorar, aún más, este volumen de escrituras.

¿Cuáles son esas verdades y cuál es la similitud entre uno y otro? He aquí, mis apuntes (Entre paréntesis, según mi parecer, los puntos de conexión):

El Libro de Mormón es valioso porque:

Contiene el evangelio de Cristo, o sea Sus enseñanzas, Sus propias palabras.
"Por tanto, arrepentíos y sed bautizados en el nombre de Jesús, y asíos al evangelio de Cristo, que no solo en estos anales os será presentado, sino también en los anales que llegarán de los judíos a los gentiles, anales que vendrán de los gentiles a vosotros. Porque he aquí, se escriben estos con el fin de que creáis en aquellos; y si creéis en aquellos, también creeréis en estos; y si creéis en estos, sabréis concerniente a vuestros padres, y también las obras maravillosas que se efectuaron entre ellos por el poder de Dios." (Mormón 7: 8-9)

 

Es un segundo testigo de Cristo (así como Jesucristo es Testigo del Padre)
"Y el ángel me habló, diciendo: Estos últimos anales que has visto entre los gentiles, establecerán la verdad de los primeros, los cuales son los de los doce apóstoles del Cordero, y darán a conocer las cosas claras y preciosas que se les han quitado, y manifestarán a todas las familias, lenguas y pueblos que el Cordero de Dios es el Hijo del Eterno Padre, y es el Salvador del mundo; y que es necesario que todos los hombres vengan a él, o no serán salvos." (1 Nefi 13: 40)

 

"Respondió entonces Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, esto también lo hace el Hijo de igual manera. (...) No puedo yo hacer nada por mí mismo; como oigo, juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del Padre, que me envió.(...) Pero yo tengo un testimonio mayor que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que las cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado." (Juan 5: 19; 30, 36)

Complementa a la Biblia y testifica de su veracidad (el Salvador mismo testificó de las palabras de Isaías, por ejemplo)
"Y tú, hijo de hombre, toma ahora un palo y escribe en él: Para Judá, y para los hijos de Israel, sus compañeros. Toma después otro palo y escribe en él: Para José, palo de Efraín, y para toda la casa de Israel, sus compañeros. Júntalos luego el uno con el otro, para que sean uno solo, y serán uno solo en tu mano." (Ezequiel 37: 16-17)

 

"Y el ángel me habló, diciendo: Estos últimos anales que has visto entre los gentiles, establecerán la verdad de los primeros, los cuales son los de los doce apóstoles del Cordero, y darán a conocer las cosas claras y preciosas que se les han quitado..." (1 Nefi 13: 40)

 

"Y he aquí, ahora os digo que debéis escudriñar estas cosas. Sí, un mandamiento os doy de que escudriñéis estas cosas diligentemente, porque grandes son las palabras de Isaías. Pues él ciertamente habló en lo que respecta a todas las cosas concernientes a mi pueblo que es de la casa de Israel; por tanto, es menester que él hable también a los gentiles." (3 Nefi 23: 1-2)

 

Trae conocimiento de quiénes somos.
"[S]í, os hablo a vosotros, un resto de la casa de Israel..." (Mormón 7: 1)

Fue dado a conocer por el poder de Dios; por lo tanto, no sufrió modificaciones por parte del hombre, ya que estaba en un idioma que ningún hombre podría interpretar o traducir, salvo que le fuera inspirado por el mismo Dios.
"Y he aquí, hemos escrito estos anales según nuestro conocimiento, en los caracteres que entre nosotros se llaman egipcio reformado; y los hemos transmitido y alterado conforme a nuestra manera de hablar. (...) Pero el Señor sabe las cosas que hemos escrito, y también que ningún otro pueblo conoce nuestra lengua; y por motivo de que ningún otro pueblo conoce nuestra lengua, por lo tanto, él ha preparado los medios para su interpretación." (Mormón 9: 32, 34)


Da a conocer sobre los convenios que, en la antigüedad, se hicieron con Él.
"Y sabréis también que sois un resto de la descendencia de Jacob; por tanto, sois contados entre los del pueblo del primer convenio; y si es que creéis en Cristo, y sois bautizados, primero en el agua, y después con fuego y con el Espíritu Santo, siguiendo el ejemplo de nuestro Salvador..." (Mormón 7: 10)

Junto a la Biblia revela las falsas doctrinas (Jesucristo vino a aclarar muchos puntos de Su doctrina).
"Y también os hablo a vosotros que negáis las revelaciones de Dios y decís que ya han cesado, que no hay revelaciones, ni profecías, ni dones, ni sanidades, ni hablar en lenguas, ni la interpretación de lenguas. He aquí, os digo que aquel que niega estas cosas no conoce el evangelio de Cristo; sí, no ha leído las Escrituras; y si las ha leído, no las comprende. Pues, ¿no leemos que Dios es el mismo ayer, hoy y para siempre, y que en él no hay variación ni sombra de cambio?" (Mormón 9: 7-9)

 

"Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe este de letras, sin haber estudiado? Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió. El que quiera hacer la voluntad de él conocerá si la doctrina es de Dios o si yo hablo por mí mismo. El que habla por sí mismo su propia gloria busca; pero el que busca la gloria del que le envió, este es verdadero, y no hay en él injusticia." (Juan 7: 15-18)

Establece la paz (Cristo brinda paz).
"Por lo tanto, el fruto de tus lomos escribirá, y el fruto de los lomos de Judá escribirá; y lo que escriba el fruto de tus lomos, y también lo que escriba el fruto de los lomos de Judá, crecerán juntamente para confundir las falsas doctrinas, y poner fin a las contenciones, y establecer la paz entre los del fruto de tus lomos, y llevarlos al conocimiento de sus padres en los postreros días, y también al conocimiento de mis convenios, dice el Señor." (2 Nefi 3: 12)

"La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo." (Juan 14: 27)

Enseña sobra la vida que tendrán aquellos que siguen a Jesucristo (Jesucristo mismo declaró que Él era la vida).
"Y él ha efectuado la redención del mundo, por lo cual a aquel que en el día del juicio sea hallado sin culpa ante él, le será concedido morar en la presencia de Dios, en su reino, para cantar alabanzas eternas con los coros celestes, al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, que son un Dios, en un estado de felicidad que no tiene fin. (Mormón 7: 7)

 

"[Y]o he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia."  (Juan 10: 10)

 

"Jesús le dijo: Yo soy... la vida"  (Juan 14: 6)


Ya perdí la cuenta de cuántas veces escribí sobre el Libro de Mormón o cité sus palabras pero lo maravilloso es que siempre me tiene reservada alguna (grata) "sorpresa". Su valor es incalculable, más que cualquier rubí o diamante; su fuente de conocimiento y revelación (así como las palabras de la Liahona, que cambiaban de cuando en cuando, según la fe, atención y diligencia que mostraban los que la poseían), inagotable.