Ayer fue la primera de las conferencias que, entre julio y agosto, se estarán realizando en los distintos barrios de nuestra Estaca. Los propósitos de estas reuniones son fortalecer la fe y el testimonio, proporcionar enseñanzas del Evangelio, dirigir asuntos y evaluar la actividad en la congregación.
En cuanto al fortalecimiento de la fe y el testimonio, aunque no pertenezco a Catán 3 (barrio de la primera conferencia) puedo decir que volví a casa muy edificada, y con deseos de hacer ajustes a nivel personal. Una de las primeras decisiones, de hecho, fue retomar el blog. Ya venía sintiendo la necesidad de seguir expresándome a través de la palabra. Me planteaba: Sí hay tantas "voces" circulando en los medios de comunicación, en las redes, en sectores educativos, creyendo que enseñan la verdad, pero tergiversándola en realidad, ¿por qué yo no he de elevar mi voz para declarar lo que sé que es verdadero? ¿Por qué he de cederles terreno? Sin embargo, no terminaba de decidirme. Fueron los discursos que escuché en la reunión sacramental los que me dieron el impulso final para terminar de darles forma, en mi cabeza, a este post y al anterior. El resultado es el el que tenés ante tus ojos. Si es bueno, regular o malo, vos juzgarás.
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"Alzad, pues, vuestra luz para que brille ante el mundo. He aquí, yo soy la luz que debéis sostener en alto: aquello que me habéis visto hacer." (3 Nefi 18: 24)
"Todos nosotros, hombres, mujeres, jóvenes adultos, jóvenes, niños y niñas, tenemos que defender, proteger y hacer que se conozca al Señor y Su Iglesia en toda la tierra. Necesitamos más voces distintivas e influyentes de mujeres, y de su fe. Necesitamos que aprendan la doctrina y comprendan aquello en lo que creemos a fin de que puedan dar testimonio de la verdad de todas las cosas, ya sea que esos testimonios se expresen alrededor de una fogata en un campamento de las Mujeres Jóvenes, en una reunión de testimonios, en un blog o en Facebook. Sólo ustedes pueden mostrar al mundo cómo son y en qué creen las mujeres de Dios que han hecho convenios.Hermanas, su ámbito de influencia es único, los hombres no pueden duplicarlo. Nadie puede defender a nuestro Salvador con mayor persuasión ni poder que ustedes, las hijas de Dios, quienes poseen tan grande fortaleza y convicción interior. El poder de la voz de una mujer conversa es inconmensurable, y la Iglesia necesita sus voces ahora más que nunca." (Hombres y mujeres en la obra del Señor, M. Russell Ballard, Conferencia General, abril 2014)
En la siguiente foto, los integrantes de las organizaciones de Estaca, con la nueva presidencia de Estaca, recientemente llamada, acompañando a los líderes de Catan 3. A mí me van a encontrar por allá atrás, un poco escondida.
“En el grandioso plan de nuestro Padre Celestial, que incluye el sacerdocio, los hombres tienen la singular responsabilidad de administrarlo; pero ellos no son el sacerdocio. Los hombres y las mujeres desempeñan funciones diferentes pero igualmente valiosas. Así como una mujer no puede concebir un hijo sin el hombre, tampoco el hombre puede ejercer plenamente el poder del sacerdocio para establecer una familia eterna sin la mujer… En la perspectiva eterna, el hombre y la mujer comparten el poder procreador y el poder del sacerdocio” (Ésta es mi obra y mi gloria“, M. Russell Ballard, Liahona, mayo de 2013)
Terminada la reunión de consejo, previa a la conferencia, tuvimos un descanso de una hora, oportunidad que aprovechamos para charlar y conocernos un poco más entre todas las hermanas, mate de por medio.
"Y la misma sociabilidad que existe entre nosotros aquí, existirá entre nosotros allá; pero la acompañará una gloria eterna que ahora no conocemos." (Doctrina y Convenios 130: 2)
“Debemos atesorarnos unas a otras, velar unas por otras, consolarnos unas a otras y adquirir conocimiento a fin de que todas nos sentemos juntas en el cielo” (Hijas en Mí reino, p. 29)