Y, hablando de Sus siervos, quiero compartir una breve, brevísima, muestra de lo que se habló y enseñó el 3 y 4 de abril:
"Mientras el mundo se ahogaba en el cinismo, la amargura, el odio y el miedo, el ejemplo y las enseñanzas... del Evangelio que ofrecían trascendía la política, la historia, los rencores, los agravios y los fines personales, y dio respuestas divinas a preguntas importantes que teníamos durante esos tiempos difíciles.
El mensaje era que Dios vive y se preocupa por nosotros, incluso en esas horas de agitación, confusión y caos..." (Discurso completo)
"...Él nos conoce a cada uno y ... estamos bajo Su cuidado. Cuando enfrentemos el viento y las tormentas de la vida, las enfermedades y las heridas, el Señor —nuestro Pastor, nuestro Cuidador— nos sustentará con amor y bondad. Él sanará nuestros corazones y restaurará nuestras almas." (Discurso completo)
"Jesucristo nos invita a llegar a ser, como Él, un buen samaritano; a hacer de Su mesón (Su Iglesia) un refugio para todos contra los golpes y las tormentas de la vida. Nos preparamos para Su prometida segunda venida en cuanto cada día hacemos a los “más pequeños” lo que a Él haríamos. Los “más pequeños” somos cada uno de nosotros." (Discurso completo)
"...para los problemas verdaderamente difíciles necesitamos lo que las Escrituras llaman “los poderes del cielo” y para obtener esos poderes debemos vivir de acuerdo con lo que esas mismas Escrituras llaman los “principios de la rectitud”... que los justos principios del evangelio de Jesucristo y de Su expiación nos ayuden a superar los conflictos y la contención, la desesperanza y la transgresión y, finalmente, la muerte...." (Discurso completo)
"Los diferentes tipos de injusticias pueden combinarse y crear un tsunami de injusticias abrumadoras. Por ejemplo, la pandemia del COVID-19 afecta de manera desproporcionada a quienes ya están sujetos a muchas desventajas subyacentes. Compadezco a quienes afrontan tal injusticia, pero declaro sinceramente con todo mi corazón que Jesucristo comprende la injusticia y tiene el poder de proporcionar la solución....
Testifico que el Salvador vive, Él entiende la injusticia. Las marcas en las palmas de Sus manos le recuerdan continuamente de ustedes y sus circunstancias. Él les ministra en todas sus angustias. Para quienes vienen a Él, una corona de hermosura reemplazará las cenizas del duelo; el gozo y la alegría reemplazarán el dolor y la tristeza; el agradecimiento y el regocijo reemplazarán el desánimo y la desesperación. " (Discurso completo)
"La noche antes de Su sufrimiento en Getsemaní y muerte en la cruz, el Salvador se reunió con Sus discípulos para la Última Cena y les dijo: “… En el mundo tendréis aflicción. Pero confiad; yo he vencido al mundo”. Antes del ocaso del día siguiente, Jesucristo sufrió y “murió [en la cruz] por nuestros pecados”.
Me pregunto cuán solos debieron sentirse en Jerusalén los hombres y las mujeres fieles que lo siguieron, cuando el sol se puso y la oscuridad y el miedo los envolvieron.
Al igual que aquellos antiguos discípulos hace casi dos mil años, es posible que muchos de ustedes también se sientan solos de vez en cuando...
La pandemia del COVID-19 ha puesto de relieve esta sensación de aislamiento y soledad de muchas personas. Sin embargo, a pesar de las dificultades que enfrentamos en la vida, como en aquella primera mañana de Pascua de Resurrección, podemos despertar a una nueva vida en Cristo con nuevas y maravillosas posibilidades y realidades si nos volvemos al Señor en busca de esperanza y pertenencia. (Discurso completo)
"...doy mi solemne testimonio de que Jesús se levantó de entre los muertos y que vive. Les testifico que, por medio de Él y de Su expiación infinita, el Salvador nos proveyó la vía para vencer la muerte, tanto la física como la espiritual. Además de estas grandiosas bendiciones, Él también nos ofrece consuelo y seguridad durante los momentos difíciles... " (Discurso completo)
"La muerte es un componente necesario de nuestra existencia eterna. Nadie sabe cuándo va a venir, pero es esencial en el gran plan de felicidad de Dios. Gracias a la expiación del Señor, la futura resurrección es una realidad y la vida eterna es una posibilidad para toda la humanidad […].
“[P]ara los apesadumbrados seres queridos que quedan atrás […], el aguijón de la muerte es mitigado por una fe firme en Cristo, por un fulgor perfecto de esperanza y amor por Dios y por todos los hombres y un profundo deseo de servirles. Esa fe, esa esperanza, ese amor nos permitirán entrar en la sagrada presencia de Dios y, con nuestros cónyuges y familias eternas, morar con Él para siempre” (Discurso completo)
"Mientras que los desafíos de la vida terrenal vendrán a todos nosotros de una manera u otra, centrémonos en el cometido de “pros[eguir] a la meta”, que es el “premio del supremo llamamiento de Dios”.
Mi humilde invitación a todos nosotros es que nunca nos rindamos. Se nos llama a que “dejemos a un lado todo peso y pecado que nos rodea, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”.
No se trata tanto de lo que estamos afrontando en la vida, sino en quién estamos llegando a ser. Hay gozo al proseguir a la meta." (Discurso completo)
"Se nos recuerda en Helamán 5:12: “Y ahora bien, recordad, hijos míos, recordad que es sobre la roca de nuestro Redentor, el cual es Cristo, el Hijo de Dios, donde debéis establecer vuestro fundamento, para que cuando el diablo lance sus impetuosos vientos, sí, sus dardos en el torbellino, sí, cuando todo su granizo y furiosa tormenta os azoten, esto no tenga poder para arrastraros al abismo de miseria y angustia sin fin, a causa de la roca sobre la cual estáis edificados, que es un fundamento seguro, un fundamento sobre el cual, si los hombres edifican, no caerán”.
¡Dios nos promete que si establecemos nuestro fundamento sobre Jesucristo, no podemos caer! Si perseveramos fielmente hasta el fin, Dios nos ayudará a edificar nuestra vida sobre Su roca, “y las puertas del infierno no prevalecerán en contra de [nosotros]” (Doctrina y Convenios 10:69). Es posible que no podamos cambiar todo lo que va a venir, pero sí podemos elegir cómo prepararnos para lo que vendrá." (Discurso completo)
"Sepan esto: si todas las cosas y todas las personas en el mundo, en quienes ustedes confían, les fallan, Jesucristo y Su Iglesia nunca les fallarán. El Señor nunca se adormece ni duerme. Él “es el mismo ayer, hoy y [mañana]”. Él no abandonará Sus convenios, Sus promesas ni Su amor por Su pueblo. Él obra milagros hoy y obrará milagros mañana.
La fe en Jesucristo es el poder más grandioso que tenemos a nuestro alcance en esta vida. Todas las cosas son posibles a los que creen.
Su creciente fe en Él moverá montes, no los montes de roca que embellecen la tierra, sino los montes de desdicha en sus vidas. Su fe floreciente les ayudará a convertir los desafíos en crecimiento y oportunidades incomparables." (Discurso completo)
"El Señor nos ha recordado que “vuestros caminos [no son] mis caminos”. Él nos ofrece: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”, descansar de los problemas, las desilusiones, los temores, la desobediencia, las preocupaciones por los seres queridos, por los sueños rotos o perdidos. El sentir paz en medio de la confusión o la aflicción es un milagro. Recuerden las palabras del Señor: “¿No hablé paz a tu mente en cuanto al asunto? ¿Qué mayor testimonio puedes tener que de Dios?”. El milagro consiste en que Jesucristo, el Gran Jehová, el Hijo del Altísimo, nos responda con paz.
Él nos ha dicho en tiempos de pruebas: “Mirad las heridas que traspasaron mi costado, y también las marcas de los clavos en mis manos y pies; sed fieles; guardad mis mandamientos y heredaréis el reino de los cielos”. Ese es el milagro, hermanos y hermanas, que se nos ha prometido a todos nosotros." (Discurso completo)
"La vida presenta desafíos y reveses, y todos debemos enfrentar algunos días oscuros y algunas tormentas. A pesar de todo, si dejamos “que Dios prevalezca en nuestras vidas”, la luz del Espíritu Santo revelará que hay un propósito y un significado en nuestras pruebas, que al final nos transformarán en personas mejores y más completas con una fe más firme y una esperanza más brillante en Cristo, sabiendo que Dios estaba todo el tiempo allí con nosotros en nuestros días oscuros. Tal como el presidente Russell M. Nelson ha aconsejado: “La oscuridad creciente que acompaña a la tribulación hace que la luz de Jesucristo brille con mayor fulgor”. (Discurso completo)
Si llegaste hasta acá, habrás podido comprobar lo apropiados que son estos fragmentos para los tiempos que corren. Son mi regalo para vos en este día ya que, como Pedro, "no tengo oro ni plata pero lo que tengo, te lo doy" (Hechos 3: 6)
¿Seguimos buscando juntos/as esa "perla" de gran precio (Mateo 13: 45-46) que hace rato buscabas pero nunca encontraste?