Experiencias cotidianas de una miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, esposa, madre y ama de casa con alma de escritora.
Desde el viernes, estamos en cuarentena obligatoria. Se viene una semana difícil, decisiva, acá en Argentina: dicen que a partir de mañana, y hasta el cuatro de abril, se registrará el mayor caso de contagios. Hay que evitar salir, dentro de lo posible. Hasta ahora, todos los infectados son personas que vinieron de Europa. Hubo algunos contagios por contacto estrecho y solo un caso de transmisión comunitaria; es decir, que el virus empezó a circular. Ante ese panorama, se prepararon hospitales para recibir a los posibles enfermos por Coronavirus, se controla que no haya demasiado tránsito de persona y vehículos en la calle, etc. Y sí, de un momento a otro la vida se transformó. La rutina se vio interrumpida; los hábitos, alterados. Los niños están en casa (no hay clases desde el 16 de marzo). Muchas personas no pueden ir a trabajar, excepto personal de salud, bomberos, policía, etc Hay que salir solo para comprar alimentos o remedios. Pese a todo, hay muchas personas que transmitieron mensajes positivos en las redes sociales: 👉en Italia y en España, cantaron desde balcones. 👉comparten canciones, poemas o algún don o talento (por ejemplo: mujeres están confeccionando mascarillas para aprovisionar a los hospitales). 👉debido a la baja circulación humana, la naturaleza está tomando un respiro: en los canales de Venecia, el agua se volvió cristalina y hay peces; en lugares contaminados, el aire está mas limpio.
👉los vecinos están mirando a sus costados y ofrecen actos de servicio (a una mujer que vive sola en su edificio, le cantaron el Feliz Cumpleaños). 👉las familias están jugando, bailando, pintando juntas... Buscando material para este post (ya sabés que trato de compartir escrituras, videos, etc que sean edificantes), encontré el siguiente video del élder Gavarret↷↷↷↷↷↷↷↷
¿Ves como aún en medio de esta pandemia, hay fe y esperanza?
Quizás me leas; quizás, no. Quizás visites el blog; quizás, no. Pero yo sigo por acá, compartiendo aquellas cosas que me hacen bien. ¿Compartirías este post con alguien más? A lo mejor no lo sabes pero ese alguien, quizás, lo esté necesitando.
Sigo escuchando himnos...
...y mirando videos que me fortalecen, edifican y dan paz.
En la Noche de Hogar que hicimos ayer con mi familia, vimos el siguiente vídeo, con las palabras esperanzadoras del Profeta↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷
Si llegaste hasta acá ¡ánimo! Las tormentas no duran para siempre.
"Y creará Jehová sobre toda morada del monte Sión y sobre sus asambleas nube y humo de día; y de noche, resplandor de llamas de fuego, porque sobre toda la gloria habrá una cobertura. Y habrá resguardo para sombra contra el calor del día, y para refugio y abrigo contra la tempestad y contra el aguacero." (Isaías 4: 5-6)
"Y todas las cosas estarán en conmoción; y de cierto, desfallecerá el corazón de los hombres, porque el temor vendrá sobre todo pueblo." (Doctrina y Convenios 88. 91)
¿Te suena familiar esto? Está pasando ¿no? De hecho, es bastante difícil guardar la calma cuando desde la televisión, las redes y, aveces, hasta tu propia familia y amigos (que, aunque tienen buenas intenciones, te abruman con consejos, recomendaciones y hasta te pasan un poco su temor) te bombardean con noticias alarmantes en cuanto a la pandemia: cada día nuevos infectados, la imprudencia de algunas personas que evaden el "distanciamiento social" recomendado por el gobierno (o, directamente, violan la cuarentena), rumores de personas inescrupulosas que aprovechan la situación para hacerse pasar por médicos, entrar a tu casa y robar, etc. ¿Qué estoy haciendo yo para conservar la calma? Una de las cosas es escuchar himnos.
Hay poder en la música ¿sabías? Y, en el caso de los himnos de la Iglesia, hay un plus. Son como una oración para el Señor.
"Porque mi alma se deleita en el canto del corazón; sí, la canción de los justos es una oración para mí, y será contestada con una bendición sobre su cabeza." (Doctrina y Convenios 25: 12)
Te prometo que si te hacés un tiempito para escuchar música inspiradora, te vas a sentir acompañado por el Señor y todo ese temor y la ansiedad se disiparán. Ojo, esto no significa que nos evadamos de la realidad, que nos metamos en una burbuja pero si silenciamos un poco las voces del mundo y escuchamos con mayor atención la voz del Señor, podremos transitar un poco más seguros y calmos esta difícil situación. Es mas sano que estar pendientes de la tele y las redes sociales ¿no te parece? ¿Hacés la prueba?
La letra del himno de acá abajo la vas a encontrar en el video↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷
Este el el Lema de la Mutual de Hombres y Mujeres Jóvenes 2018↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷
Siempre en Cristo hay paz si aprendemos de Él. Por amor Él nos libró del pecado cruel.
A Él escucha bien y te hará brillar. Si lo puedes conocer, siempre en Cristo hay paz.
Nos da esperanza, nos da solaz, Su fuerza da cuando hay pesar.
Nos da refugio en la tempestad. Si no hay paz aquí, siempre en Cristo hay paz.
Siempre en Cristo hay paz. al andar con Él. Ve a Galilea y a Jerusalén.
Sana el corazón, llanto ya no habrá. Si vivimos como Él, siempre en Cristo hay paz.
Nos da esperanza, nos da solaz, Su fuerza da cuando hay pesar.
Nos da refugio en la tempestad. Si no hay paz aquí, siempre en Cristo hay paz.
Nos da esperanza, nos da solaz, Su fuerza da cuando hay pesar.
Nos da refugio en la tempestad. Si no hay paz aquí, siempre en Cristo hay paz. Si no hay paz aquí, siempre en Cristo hay paz.
Me decidí a escribir este post porque, desde hace un tiempo, estamos rodeados de incertidumbre, temor y noticias falsas que lo único que logran es causar pánico y paranoia. ¿La razón? La pandemia de Coronavirus. En Argentina ya hay cuarenta y un infectados y dos muertos. El gobierno decretó la emergencia sanitaria, se suspendieron las actividades masivas, los vuelos a los países más afectados, etc; pero los colegios todavía no se cerraron y la gente sigue yendo a trabajar. Lo ideal sería que todo el país entrara en cuarentena para controlar el avance del virus. Como medida de prevención, la Primera Presidencia de La Iglesia de Jesucristo decidió suspender todas las reuniones dominicales y demás actividades a nivel mundial. No es una sorpresa para nosotros, los miembros de la Iglesia. Ya el Señor nos estaba preparando a través de sus profetas, dándonos instrucciones en cuanto al almacenamiento y a la preparación espiritual. Aunque no sabíamos el cómo y el cuándo tendríamos que aplicar esas enseñanzas, sí sabíamos que, tarde o temprano, utilizaríamos esa reserva espiritual que se nos pidió ir acumulando, tal y como las vírgenes sensatas. Aún en medio de la incertidumbre, el temor y el caos que hay en el mundo (y puede ser que en nuestro propio corazón), podemos hallar paz y consuelo si nos acercamos a Jesucristo y confiamos en Él y en Sus promesas.
"La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo." (Juan 14: 27)
"Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción. Pero confiad; yo he vencido al mundo." (Juan 16: 33)
Pronto tendremos la Conferencia General y, como el Profeta Nelson anticipó en octubre de 2019, será "una conferencia sin igual que conmemorará la fundación misma del Evangelio restaurado", "memorable" e "inolvidable." Dadas las circunstancias, no dudo que será así. Más recientemente y a propósito de esta pandemia que estamos atravesando, el Profeta nos dedicó estas palabras (válidas para miembros y no miembros)↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷
Mientras haya un profeta en la tierra no debemos temer, ni dudar de que el Señor nos guiará, aconsejará, y consolará nuestros corazones porque "no hará nada Jehová el Señor sin que revele su secreto a sus siervos los profetas." (Amós 3: 7)
Ya que leíste hasta acá, te propongo algo: ¿Qué te parece si nos unimos y viralizamos mensajes que fortalezcan la fe y den esperanza? (De los otros, de los que generan pánico e incertidumbre hay de sobra) ¿Te sumás? Si lo hacés, ¿me contás tu experiencia?