Yo le presto mucho atención a la letra de las canciones y a lo que me hacen sentir. Y, si están en otro idioma, trato de buscar la traducción para cerciorarme de que no estoy cantando o bailando una barrabasada.
"La música tiene una profunda influencia en tu mente, tu espíritu y tu comportamiento. Elige con cuidado la música que escuches; presta atención a lo que sientas cuando la estés escuchando. Cierta música tiene mensajes malos y destructivos. No escuches música que fomente la inmoralidad o ensalce la violencia, ya sea por medio de su letra, su ritmo o intensidad. No escuches música que utilice lenguaje grosero u ofensivo ni que promueva prácticas perversas. Esa clase de música puede entorpecer tu sensibilidad espiritual." (Para la Fortaleza de la Juventud, La música y el baile)
Recuerdo que, hace un tiempo, en seminario leímos que Nefi se deleitaba en las escrituras y en las cosas del Señor (2 Nefi 4: 15-16.) Hay muchas otras cosas que son "virtuosas, bellas, de buena reputación, o dignas de alabanza" (Artículo de Fe 13) en las que podemos deleitarnos. En aquella ocasión, los jóvenes mencionaron las distintas cosas en las que se deleitaban. Cuando me tocó el turno a mí, dije que en la música.
Escucho distintos tipos de géneros. Me gusta experimentar. No me ato a un solo género ni a un intérprete (salvo algunas excepciones 😜.) Voy de la música clásica al pop; del folklore al rock. Incluso, me encantan las películas musicales, estilo Bollywood.
Hay una canción de la Iglesia que habla de las sensaciones que los distintos tipos de música nos hacen sentir y sé que es así. El tipo de música que elegimos puede determinar nuestro estado de ánimo.
Acá te dejo el video de la canción de la Iglesia
Y las dos canciones que me gustaron
¡Subí el volumen y deleitáte!