> Diario de Abish: octubre 2020

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viernes, 23 de octubre de 2020

Mi método personal para aprender de textos académicos (y no, no es por ósmosis)

 23 de octubre de 2020. ¡A menos de un mes de la finalización de la cursada! 😲

Desde las primeras dudas, incertidumbres, el Taller inicial, las participaciones en el foro virtual (allá por abril-mayo) hasta hoy, con los primeros trabajos prácticos "aprobados", pasaron varios meses y ¡oh, sorpresa!, sigo todavía en carrera 😁

Cierto es que hubo varios momentos en que quise largar todo pero ahí estuvo mi familia alentándome y, por sobre todo, el Padre Celestial, animándome, a través de las escrituras y del sacerdocio, a continuar.

Algo que me ayudó mucho (pero mucho, ¿eh?) a encarar textos académicos, difíciles de entender (por lo menos para mí) fue el empezar cada estudio, cada lectura, con una oración. Hubo momentos en que conceptos que no entendía, se aclararon en mi mente gracias a este hábito. No, no es algo "mágico". Hay estudio, esfuerzo, constancia, el leer y releer detrás pero el Señor promete que si hacemos lo que esté a nuestro alcance, Él hará el resto.


"Lo que es de Dios es luz; y el que recibe luz y persevera en Dios, recibe más luz, y esa luz se hace más y más resplandeciente hasta el día perfecto. DyC 50: 24

"Pues he aquí, así dice el Señor Dios: Daré a los hijos de los hombres línea por línea, precepto por precepto, un poco aquí y un poco allí; y benditos son aquellos que escuchan mis preceptos y prestan atención a mis consejos, porque aprenderán sabiduría; pues a quien reciba, le daré más..." 2 Nefi 28: 30


Traté de tomarme todas las cosas con calma, paso por paso, para no llegar al límite de "desbordarme".


Imagen: Siora Photography on Unsplash


"Y mirad que se hagan todas estas cosas con prudencia y orden; porque no se exige que un hombre corra más aprisa de lo que sus fuerzas le permiten." Mosíah 4: 27

"No corras más 
aprisa, ni trabajes más de lo que tus fuerzas y los medios proporcionados te permitan..." DyC 10:4


Así que acá está mi "fórmula". Llegaré hasta donde tenga que llegar. Sé que si está en mi camino el ser docente, lo seré aunque, en el medio, haya obstáculos y alguna que otra frustración.

Se acercan los finales😁. En alguna otra publicación te contaré cómo me fue.


lunes, 19 de octubre de 2020

Detalles, recordatorios y "mimos" en el Día de la Madre

Soy de las que piensa que el Día de la Madre es todos los días, en el sentido de que no hay que esperar a esa ocasion "especial" para homenajearla, para comprarle algo, para visitarla, para "dedicarle" tiempo.  Aclaro: no significa que pase por alto esa fecha como si fuera una "más". De hecho, es una oportunidad en la que uno detiene un poco el ir y venir continuo y aprovecha para reunirse con la familia y pasar buenos momentos.

Alguien compartió en las redes esta publicación, en relación con el Día de la Madre (la verdad, no recuerdo quién)↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷



¡Qué significativas palabras! Más aún en este contexto de aislamiento, ¿no? El de ayer fue un Día de la Madre atípico, muy acotado para algunos y, quizás, no tanto para otros; pero en el que, seguramente, el amor hacia las madres se manifestó de la manera que describió el élder Utdchorf en uno de sus  discursos: "En las relaciones familiares, amor en realidad se deletrea t-i-e-m-p-o, tiempo." 

¿Me permitís que te comparta un poquito de cómo fue mi domingo? 

Con mi hermana, le hicimos una breve visita a mi mamá↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷



Por la tarde, di la clase a las mujeres y a los hombres jóvenes de la Iglesia por pedido de mi hijo, que es consejero de Escuela Dominical.

Hablamos de la obra "grande y maravillosa" que tendría lugar en los últimos tiempos, de la restauración del Evangelio, de la obra misional (de la que todos podemos formar parte) y, por último, compartí estas hermosas palabras que el presidente Russell M. Nelson le dirigió a los jóvenes de la Iglesia en el Devocional mundial de 2018:


“Ciertamente estos son los últimos días, y el Señor está acelerando Su obra para recoger a Israel. Ese recogimiento es lo más importante que se está llevando a cabo hoy en la tierra. Nada se le compara en magnitud, nada se le compara en importancia, nada se le compara en majestad. Y si eligen hacerlo, si lo desean, pueden formar gran parte de él. Pueden formar parte de algo grandioso, algo espectacular, ¡algo majestuoso!
Cuando hablamos del recogimiento, simplemente estamos diciendo esta verdad fundamental: cada uno de los hijos de nuestro Padre Celestial, a ambos lados del velo, merece escuchar el mensaje del evangelio restaurado de Jesucristo…
¡Piensen en ello! De todas las personas que han vivido en el planeta tierra, nosotros somos los que participaremos en este último y grandioso recogimiento. ¡Qué gran emoción!…
Ese recogimiento debería significar todo para ustedes. Esta es la misión para la cual fueron enviados a la tierra” 

Casi sin darse cuenta, mi hijo me hizo un regalo: el de ayudarme a servir en la obra del Señor.  ¡Él y yo trabajando juntos en Su iglesia! ¿Qué más se puede pedir?

Más tarde, participé de una videollamada con los misioneros y una niña de Primaria que se va a bautizar↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷




Como broche de oro, una videollamada express desde Rexburg↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷



Pudo haber sido un día atípico, como dije más arriba; no pudo haber sido como imaginábamos o esperábamos pero lo que no faltó fueron esos "detalles", esos recordatorios, esos "mimos" que tanto bien hacen al espíritu.

jueves, 8 de octubre de 2020

Cosas que esta pandemia nos ayudó a valorar

Tengo menos de una hora libre hasta que empiece el primer Zoom del día así que aprovecho para sentarme y escribir estas líneas.

La verdad, nunca estuve tan ocupada como en estos días. En teoría, el tiempo tendría que sobrarnos ahora que algunos estamos en casa y, sin embargo, pareciera que las tareas se han multiplicado. Que ironía, ¿no? Bueno, pero me di cuenta de que el estar todo el tiempo con "algo por hacer" no es necesariamente bueno. Hay otras cosas que pueden ser "mejores" e, incluso, "excelentes".

El martes pasado tenía una reunión con compañeras del Instituto para hacer un trabajo práctico y, luego, clases. Así venía organizándome y mi tiempo lo estaba ocupando casi en su totalidad la carrera (y otras actividades "extracurriculares", como el Taller de Literatura Infantil y Juvenil, y las clases de inglés). De alguna manera, me había armado una "rutina", de la cual no me movía y dejaba otras cuestiones "para después".

Yo hace tiempo que no visito a mi mamá (el tema del coronavirus volteó todo de cabeza, no hace falta que te lo diga) así que nos hablamos por videollamada. Pero el martes, sentí que debía hacerle una visita, con todas las precauciones, claro. Deje de lado la reunión y fui a verla. La verdad, pasamos una mañana hermosísima. Desayunamos y almorzamos juntas. Pude compartir con ella enseñanzas del Evangelio que venían a mi mente (que le levantaron el ánimo, ya que venía atravesando complicaciones con su salud) y volví a casa con el tiempo para participar de la segunda clase. Me vino muy bien "desacelerar" un poquito y darle prioridad a lo que verdaderamente importa. Porque uno puede tener mucho estudio y conocimiento pero si da vuelta la cara a los afectos, a quienes nos necesitan ahora y no "después" venimos a ser como "metal que resuena o címbalo que retiñe" (1 Corintios 13: 1). De más está decir, además, que nada te recarga más las "pilas" que el poder hablar frente a frente, de poder sentir la mirada, la presencia física del otro, ¿no te parece? Cosas que esta pandemia nos ayudó a valorar.




Esta experiencia con mi mamá hizo que, en los días previos a la Conferencia General (que se transmitió estos 3 y 4 de octubre), mi estudio personal de las escrituras se centrara en el servicio que brindamos a los demás. Así leí sobre "Cómo llegar a ser instrumentos en las manos del señor" y "Estar anhelosamente consagrados" (fragmentos de estos discursos los tengo en mi otro diario. En algún momento, quizás, los comparta en este).

En fin, la cuestion es que siento mucha gratitud hacia mi Padre Celestial cada vez que recibo de Él estos dulces "recordatorios" cuando me salgo un poco de mi "eje".