En mi adolescencia, allá por los 13 años, fui de escribir poemas. Después, con el tiempo, me decanté por los cuentos pero podría decirse que fueron mi primer amor.
¿A qué viene esto? Bueno, mi intención al escribir este post era la de compartir con vos algunas reflexiones sobre cómo me siento a veces. No siempre estoy al 100 %. A veces me cuesta ser positiva. Tengo mis altibajos.
Todos estamos en una lucha constante ¿no? (contra nosotros mismos, sobre todo) pero es posible estar mejor. Yo no tengo la solución mágica a todos los problemas pero quizás mi experiencia pueda ayudarte, si alguna vez te sentiste o sentís como yo, o pueda ayudar a alguien mas que lo este necesitando.
Hoy, mientras estaba tratando de buscar respuestas a algunas preguntas e inquietudes que vengo teniendo, las palabras de dos discursos de la Conferencia General le trajeron alivio a mi mente y a mi corazón. Y esas mismas palabras son las que quería transcribir en este diario. Pero cuando me puse a escribir, no sé, me vino la inspiración y las lineas de un poema fluyeron naturalmente.
Así que, básicamente, te estoy abriendo, querido/a lector/a mi corazón.
Acá va el poema:
A veces...
A veces me siento mínima, pequeña,
invisible, olvidada,
batallando con mis propias debilidades,
cual David; cansada.
A veces me siento como Pablo:
anhelo que se quite de mi carne
el aguijón que me agobia,
que detiene mi progreso,
que me amarga.
A veces hago propias
las siguientes palabras:
"Oh, corazón mío,
no des más lugar
al enemigo de mi alma!".
A veces me pregunto
si lo que siento ahora durará para siempre
y una voz me susurra:
"No desmayes, confía y avanza.
Hay ayuda y felicidad más adelante.
¡Ten esperanza!".
A veces, a solas, me derrumbo
y mojo, de lágrimas, mi almohada
pero recuerdo a Aquel que todo lo dio por mí,
que lucha por mí, que pelea mis batallas.
Y me levanto, avanzo, persevero,
fuerte, segura, valiente,
mujer renovada.
¿Será que la poeta que hay en mí volvió al ruedo? 😖 ¡Así sea! 😄
Para que vos mismo/a encuentres respuestas a tus propias preguntas e inquietudes te dejo las palabras que inspiraron los versos de este post:
"La Expiación tiene un poder que nos habilita para vencer al hombre o a la mujer natural y llegar a ser verdaderos discípulos de Jesucristo." (¿Está escrita en nuestro corazón la fe en la expiación de Jesucristo?, Linda K. Burton, Conferencia General Octubre 2012).
"...por favor comprendan que lo que ahora ven y sienten no es lo que será para siempre. No sentirán soledad, pesar, dolor ni desaliento para siempre. Tenemos la fiel promesa de Dios de que Él no olvidará ni abandonará a quienes inclinen su corazón hacia Él. Tengan esperanza y fe en esa promesa. Aprendan a amar a su Padre Celestial y conviértanse en Su discípulo en palabra y en hecho.Tengan la seguridad de que si tan sólo se aferran, creen en Él y permanecen fieles en guardar los mandamientos, un día tendrán ustedes mismos las promesas que le fueron reveladas al apóstol Pablo: “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido al corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para aquellos que le aman”.Hermanos y hermanas, el Ser más poderoso del universo es el Padre de su espíritu; Él los conoce. Él los ama con un amor perfecto.Dios los ve no sólo como un ser mortal que vive por un breve lapso en un pequeño planeta; Él los ve como Sus hijos o hijas; Él los ve como los seres capaces de llegar a ser aquello para lo que fueron concebidos. Él quiere que sepan que son importantes para Él." ("Ustedes son importantes para Él", presidente Dieter F. Utchdorf, Conferencia General octubre 2011)
¡Te espero en el próximo post!