> Diario de Abish

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martes, 16 de septiembre de 2025

Invitación a acortar la distancia en nuestra relación con Jesucristo


En mi publicación anterior, compartí que la clave para tener una vida más plena, feliz y abundante es permitir que la expiación de Cristo obre milagros en nuestra vida. Yo misma experimenté el perdón y la sanación de mi corazón arrepentido, así que puedo hablar con conocimiento de causa. Pero, ¿qué pasa cuando sentimos que nuestra relación con Él se debilitó? ¿Cuándo creemos que ya es tarde para acortar e, incluso, borrar la distancia que nos separa?

En su mensaje el élder Eyring nos ayuda a ver que no todo está perdido, que aún hay esperanza pero que, en gran parte, recomponer nuestro vínculo celestial depende de nosotros.
“Allegaos a mí, y yo me allegaré a vosotros; buscadme diligentemente, y me hallaréis; pedid, y recibiréis; llamad, y se os abrirá”. (Doctrina y Convenios 88:63)

Nos acercamos a Jesucristo al recordarle siempre, aún en los pequeños actos. Podemos buscarlo a través de las Escrituras. Podemos llamar y pedir a través de la oración.

¿Todavía es difícil acercarnos a Él? Si pensáramos en Él como un amigo muy querido al que no viéramos hace mucho tiempo, ¿qué estaríamos dispuestos a hacer para  reestablecer la comunicación? ¿Cómo le demostraríamos el gran amor que le tenemos? Yo pude realizar este ejercicio y tuve la oportunidad de visitar a mi amiga de la infancia, a la que hacía varios meses no veía y que estaba atravesando una situación que la afectó emocionalmente. Bien podría haber hecho una videollamada pero preferí ir, personalmente, a su casa. Charlamos, nos reímos, pasamos un buen momento juntas (Incluso nos ministramos la una a la otra, siendo de creencias diferentes), como si el tiempo no hubiera pasado.  Así puede ser nuestra relación con Jesucristo.

Me encantan los discursos de la Conferencia General porque, aunque parezcan hablar de temas globales (y tocar temas, en apariencia, recurrentes), cada persona en particular puede encontrar algo, por muy pequeño que sea, que se aplique a ella misma. Está en cada uno de nosotros en decidir qué hacer con lo recibido del Señor, por boca de Sus siervos.

"[B]ueno es ser instruido, si hacen caso de los consejos de Dios." (2 Nefi 9: 29)

 

¿Qué encontraste en los mensajes de la Conferencia General de abril de 2025, que compartí hasta ahora, que sea para tu "provecho e instrucción" (1 Nefi 19: 23)?


lunes, 15 de septiembre de 2025

Invitación a permitir que el poder sanador de la Expiación de Jesucristo obre milagros en nuestra vida



A veces, hacemos cosas que no son malas en sí mismas pero están prohibidas y, al desobedecer esa prohibición, caemos en transgresión. La culpa y la vergüenza de que, quizás, nuestra buena imagen se vea manchada causa que tratemos de ocultar la conducta indebida.

Si, acaso, estamos atravesando esa situación y tratamos de "esconder[nos] de Dios", el élder Scott D. Whiting, "[C]on todo el sentimiento de un tierno padre" (1 Nefi 8: 37) nos invita a:
  • no prestar atención a las voces que proclaman que no somos lo bastante fuerte como para cambiar nuestra vida;
  • llegar a ser, y seguir siendo, parte de una comunidad de apoyo donde todos tropiezan, sin dejar de progresar, mientras son bendecidos por el amor de Jesucristo;
  • aceptar repetidamente la doctrina de Cristo;
  • cultivar la fe en Jesucristo al arrepentirnos diariamente y al guardar los convenios que nos invisten de poder;
  • no escondernos de quienes nos aman y nos apoyan, entre los cuales se encuentran los obispos, presidentes de rama y demás líderes de la Iglesia;
  • seguir el consejo de los profetas antiguos y modernos.

En definitiva, debemos permitir que el poder sanador de la Expiación de Jesucristo obre milagros en nuestra vida. Su propósito al venir a la tierra y dar Su vida por nosotros fue (y es) darnos a vos y a mí la oportunidad de comenzar de nuevo y de tener una vida más plena, feliz y abundante. ¿Vas a perderte eso?

"Oh los sedientos, ¡venid a las aguas! Y los que no tienen dinero, ¡venid, comprad y comed! Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche." (Isaías 55: 1) 
"[V]enid a mí, vosotros, todos los extremos de la tierra, comprad leche y miel sin dinero y sin precio." (2 Nefi 26: 25)
"[E]l que es llamado siendo libre, esclavo es de Cristo. Por precio sois comprados..." (1 Corintios 7: 22-23)

En mi faceta de escritora, para encontrar inspiración, suelo escuchar música. (De hecho, tengo varias listas de reproducción en YouTube). En el caso de este post, la elegida fue esta canción↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷


sábado, 13 de septiembre de 2025

Invitación a encontrar en la Expiación de Jesucristo, Su Resurrección y Restauración perdurable gozo

Las palabras del élder Gong fueron especialmente significativas para mi porque, al igual que muchas otras personas, supongo,  a veces siento pesar  "por lo que podría haber sido" y, sin embargo, no fue.

Gracias "al modelo divino de Expiación, Resurrección y Restauración por medio de Jesucristo":
  • recibimos fortaleza mientras experimentamos lo amargo y lo dulce.
  • somos restaurados espiritualmente
  • hay un "amanecer para todos".
  • las relaciones, a ambos lados del velo, pueden ser enmendadas, reconciliadas y corregidas 
  • sentimos la aprobación de Dios.
  • se nos libra de la muerte, de la fragilidad propia de la edad y de las imperfecciones del cuerpo físico.
  • el Padre Celestial “salva todas las obras de sus manos” en un reino de gloria.
  • fue posible la restauración de la Iglesia de Jesucristo, con las llaves y la autoridad del sacerdocio para bendecir a todos los hijos de Dios.
  • todo aquel que cree en el Señor no se perderá, sino que tendrá "vida eterna”.
  • podremos encontrar lo que es "perdurablemente real y gozoso, feliz y para siempre".

Doy testimonio de que la promesa de paz, consuelo y esperanza, presente en este discurso, realmente, se cumplió en mí y que "[mis] lágrimas de gozo [no serán enjugadas]".


jueves, 11 de septiembre de 2025

Invitación a dar a conocer al mundo que el poder y la autoridad de Dios están, nuevamente, sobre la tierra


En mi hogar hay dos sacerdotes: mis hijos. En el contexto de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, el sacerdocio es el poder y la autoridad mismos de Dios, los cuales Él delega a los hombres, en la tierra, para que se obre "en todas las cosas necesarias para la salvación de [Sus] hijos." En otras palabras, es a través del sacerdocio, que ejercen los buenos jóvenes y hombres adultos de la Iglesia, que la humanidad puede recibir las bendiciones del Evangelio. (Para mayor información, visitar este enlace)

En su mensaje, el elder Steven J. Lund nos recuerda que:
  • la línea de autoridad del sacerdocio "se remonta por la época de la Restauración hasta José y Oliver, y hasta Juan el Bautista y Jesucristo."
  • el comportamiento del mundo cambia gracias a que la autoridad de Dios está inundando la tierra.
  • el Sacerdocio de Aarón, el sacerdocio preparatorio, "tiene las llaves del ministerio de ángeles, y del evangelio de arrepentimiento, y del bautismo por inmersión para la remisión de pecados”.
  • que, dentro de las sagradas responsabilidades del sacerdocio, a los diáconos y a los maestros se les encomienda "amonestar, exponer, exhortar, enseñar e invitar a todos a venir a Cristo”.  A los presbíteros, además de las responsabilidades anteriores, se les asigna predicar y bautizar.

Al tiempo que escribo este post, e inspirada por "lo que está sucediendo ante [mis] ojos", escucho al coro cantar "Cantemos, gritemos, con huestes del cielo" porque 

"Ya rompe el alba de la verdad y en Sión se deja ver, tras noche de obscuridad, tras noche de obscuridad, el día glorioso amanecer."





lunes, 8 de septiembre de 2025

Invitación a meditar en “cuán misericordioso ha sido el Señor con los hijos de los hombres" (a través de El Libro de Mormón)

El mensaje del élder James R. Rasband no pudo haber sido ser más oportuno. Poco después de leerlo, pude compartir en la Noche de Hogar que el Libro de Mormón tiene todas las respuestas que uno pueda estar buscando. Mi hijo confirmó ese principio al compartir que la lectura de determinados versículos disiparon sus dudas y desánimo espiritual. ¿No se manifiesta en este sencillo hecho la misericordia del Padre Celestial? ¿No es la existencia misma de El Libro de Mormón prueba suficiente de "cuán misericordioso ha sido [y es] el Señor para con los hijos de los hombres" (Moroni 10: 3)

No en vano en la portada se puede leer que

"[este otro testamento de Jesucristo] sirve para mostrar al resto de la casa de Israel cuán grandes cosas el Señor ha hecho por sus padres; y para que conozcan los convenios del Señor y sepan que no son ellos desechados para siempre"

Algunas de las preguntas que puede responder El Libro de Mormón:

¿Es realmente cierto que el plan de la misericordia de Dios garantiza que cada persona que haya vivido en esta tierra será resucitada y que todo será “restablecido a su propia y perfecta forma”? (Mormón 9: 13; Alma 40: 23)

¿De verdad la misericordia del Salvador satisface todas las exigencias reales y amargas de la justicia que, de otro modo, nos veríamos obligados a pagar en lugar de ceñirnos “con brazos de seguridad”? (Alma 34: 16)

¿Es cierto que Cristo sufrió no solo por nuestros pecados sino por nuestros “dolores [… y] aflicciones” de tal forma que “s[upiera] cómo socorrer a los de su pueblo, de acuerdo con las debilidades de ellos”? (Alma 7: 11-12)

¿Es realmente tan misericordioso el Salvador , que, como una dádiva gratuita, expió “los pecados de aquellos que […] han muerto sin saber la voluntad de Dios concerniente a ellos, o que han pecado por ignorancia”? (Mosiah 3: 11)

¿Es cierto que “Adán cayó para que los hombres existiesen, y existen los hombres para que tengan gozo”? (2 Nefi 2: 25)

¿Es realmente cierto que Jesucristo “herido fue por nuestras transgresiones, golpeado por nuestras iniquidades; y el castigo de nuestra paz fue sobre él; y con sus llagas somos sanados”? (Mosiah 14: 5)

Con todo lo dicho, ¿le darás una  (nueva) oportunidad a este milagro moderno?