Diario de Abish
Experiencias cotidianas de una miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, esposa, madre y ama de casa con alma de escritora.
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sábado, 16 de noviembre de 2024
Mientras tanto...
viernes, 1 de noviembre de 2024
Mensajes inspirados una primaveral mañana de noviembre
"Creemos todo lo que Dios ha revelado, todo lo que actualmente revela, y creemos que aún revelará muchos grandes e importantes asuntos pertenecientes al reino de Dios." (Artículo de Fe 9)
La revelación no es exclusiva de los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (de hecho ningún mandamiento que da el Señor lo es) sino que está al alcance de todo aquel que la "busc[a] diligentemente". (Doctrina y Convenios 88: 63). El modelo es simple↷↷↷↷↷↷
Los cielos siguen abiertos, tanto para revelar cuestiones que beneficiarán a todo el género humano (Conferencia General) como para guiar a humildes siervos del Señor a dar mensajes en la capilla una primaveral mañana de noviembre.
jueves, 24 de octubre de 2024
Son más altos Sus caminos que los míos: mi visión de la fe y la religión
Algunos dicen que el propósito de la religión es restringir, coartar la libertad de un individuo o de una nación, subyugar o controlar voluntades, "lavar el cerebro". Puede ser que ciertas personas hayan utilizado, o utilicen, tergiversado, lo dicho en las Escrituras como herramienta para obtener beneficio propio pero, desde mi experiencia personal, puedo asegurar que la religión hace exactamente lo contrario. Cuando los misioneros me enseñaron los principios del Evangelio, por ejemplo, me instaron a que averiguara por mí misma si lo que decían era verdadero. De hecho, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de lo Últimos Días, al tiempo que
"[reclama para sus miembros] el derecho de adorar a Dios Todopoderoso conforme a los dictados de [su] propia conciencia [concede] a todos los hombres el mismo privilegio: que adoren cómo, dónde o lo que deseen." (Artículo de Fe 11)
El albedrío es un don que Nuestro Padre Celestial nos concedió a fin de que pudiésemos tomar decisiones por nosotros mismos. Los mandamientos no son otra cosa que instrucciones que Él nos dio para gozar de pleno bienestar físico y espiritual; esto es, para ser verdaderamente libres.
"[Y] conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres." (Juan 8:32)
"[D]onde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad." (2 Corintios 3: 17)
Desde la perspectiva religiosa, nuestro cuerpo es un templo para Dios (1 Corintios 3: 16), en el cual Su Espíritu puede morar. ¿Cómo podría una persona pensar con claridad y tomar decisiones correctas cuando su cuerpo está sujeto a toda clase de hábitos perjudiciales, cuando no se puede controlar a sí misma, cuando hace las cosas su manera, antes que seguir la guía divina? La obediencia a los preceptos de Dios, por lo tanto, refina el carácter, saca a relucir lo mejor de nosotros mismos, trae gozo y paz de conciencia.
El obedecer los mandamientos, además, nos protege de peligros que, debido a nuestra visión limitada, ni siquiera podemos percibir. No se trata, entonces, de una obediencia fanática y ciega a leyes restrictivas y sin sentido (como algunas personas suelen creer) sino de un acto de fe, de confianza en que los caminos del Señor son más altos que los nuestros (Isaías 55:9).
En definitiva, los mandamientos son una manifestación del gran amor del Padre por nosotros y un camino seguro que nos conducirá, a través de las tormentas de la vida, de regreso a Su Presencia.
lunes, 21 de octubre de 2024
El máximo regalo que una madre podría desear (y las consecuencias que devienen)
Ayer, Día de la Madre en Argentina, recibí el mejor regalo de todos: mis dos hijos compartieron sus propios testimonios del Evangelio en el púlpito de la capilla, delante de otros Santos de los Últimos Días.
"No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad." (3 Juan 1: 4)
Podría enumerar las múltiples razones por las que podemos sentir gozo, aún cuando las circunstancias nos sean adversas, pero, como tengo alma de poeta y siento que la música puede llegar a expresar los sentimientos de una manera más eficaz que cualquier otra cosa, elegí este himno↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷
La versión en inglés, por el Coro del Tabernáculo↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷↷
"...sí, vuestro gozo será completo, así como el Padre me ha dado plenitud de gozo; y seréis tal como yo soy, y yo soy tal como el Padre; y el Padre y yo somos uno". (3 Nefi 28: 10)
sábado, 19 de octubre de 2024
Palabras que sanan
Una de las cosas que más me llamaron la atención de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días al principio, cuando aún ni se me había cruzado por la mente bautizarme en una de sus capillas, fue la amabilidad de su gente, la cálida bienvenida que me dieron, aún sin conocerme. Recuerdo, como si fuera hoy, mi primera aproximación a una Noche de Hogar con los misioneros y la manera en que, en una de mis visitas a la reunión Sacramental, una de sus miembros se dirigió a mí, llamándome "Hermana". Ese "título", recuerdo, me produjo extrañeza. Con el tiempo, supe que todos, sin importar nuestro origen, costumbres o religión, somos hermanos y hermanas, hijos procreados en espíritu por padres celestiales. Es por eso mismo que la forma en que se tratan unos a otros trata de reflejar esa doctrina. Esto no quiere decir que no haya desacuerdos o malentendidos sino que la forma de resolverlos debe ser distinta a la que elige el mundo para resolver sus conflictos.
"[L]as palabras pueden ser irreflexivas, precipitadas e hirientes. Una vez dichas, no podemos recuperarlas. Pueden herir, castigar, derribar e incluso conducir a acciones destructivas; pueden ocasionarnos pesar.Por otro lado, las palabras pueden celebrar victorias, ser esperanzadoras y alentadoras. Pueden impulsarnos a replantear, reiniciar o reorientar un rumbo. Las palabras pueden abrirnos la mente a la verdad.
Un ejemplo de la poderosa influencia que las palabras amables y cargadas de perdón pueden tener en las personas lo podemos encontrar en el profeta José Smith: