> Diario de Abish: septiembre 2025

Translate

lunes, 8 de septiembre de 2025

Invitación a meditar en “cuán misericordioso ha sido el Señor con los hijos de los hombres" (a través de El Libro de Mormón)

El mensaje del élder James R. Rasband no pudo haber sido ser más oportuno. Poco después de leerlo, pude compartir en la Noche de Hogar que el Libro de Mormón tiene todas las respuestas que uno pueda estar buscando. Mi hijo confirmó ese principio al compartir que la lectura de determinados versículos disiparon sus dudas y desánimo espiritual. ¿No se manifiesta en este sencillo hecho la misericordia del Padre Celestial? ¿No es la existencia misma de El Libro de Mormón prueba suficiente de "cuán misericordioso ha sido [y es] el Señor para con los hijos de los hombres" (Moroni 10: 3)

No en vano en la portada se puede leer que

"[este otro testamento de Jesucristo] sirve para mostrar al resto de la casa de Israel cuán grandes cosas el Señor ha hecho por sus padres; y para que conozcan los convenios del Señor y sepan que no son ellos desechados para siempre"

Algunas de las preguntas que puede responder El Libro de Mormón:

¿Es realmente cierto que el plan de la misericordia de Dios garantiza que cada persona que haya vivido en esta tierra será resucitada y que todo será “restablecido a su propia y perfecta forma”? (Mormón 9: 13; Alma 40: 23)

¿De verdad la misericordia del Salvador satisface todas las exigencias reales y amargas de la justicia que, de otro modo, nos veríamos obligados a pagar en lugar de ceñirnos “con brazos de seguridad”? (Alma 34: 16)

¿Es cierto que Cristo sufrió no solo por nuestros pecados sino por nuestros “dolores [… y] aflicciones” de tal forma que “s[upiera] cómo socorrer a los de su pueblo, de acuerdo con las debilidades de ellos”? (Alma 7: 11-12)

¿Es realmente tan misericordioso el Salvador , que, como una dádiva gratuita, expió “los pecados de aquellos que […] han muerto sin saber la voluntad de Dios concerniente a ellos, o que han pecado por ignorancia”? (Mosiah 3: 11)

¿Es cierto que “Adán cayó para que los hombres existiesen, y existen los hombres para que tengan gozo”? (2 Nefi 2: 25)

¿Es realmente cierto que Jesucristo “herido fue por nuestras transgresiones, golpeado por nuestras iniquidades; y el castigo de nuestra paz fue sobre él; y con sus llagas somos sanados”? (Mosiah 14: 5)

Con todo lo dicho, ¿le darás una  (nueva) oportunidad a este milagro moderno?

miércoles, 3 de septiembre de 2025

Invitación a prepararnos, junto a otros, para el regreso de Cristo


El mensaje elegido para empezar septiembre tiene que ver con el trabajo que debemos realizar, a fin de incorporar en nosotros mismos el carácter y los atributos de Jesucristo, antes de que Él regrese a la tierra.

Una de las maneras de lograrlo es a través de los llamamientos en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Un llamamiento no es un "puesto"  que determina nuestra dignidad o valor como personas sino, más bien, una oportunidad de servir a otros hijos del Padre Celestial, al tiempo que desarrollamos un mayor nivel de fe, esperanza, caridad, humildad y paciencia, entre otras cualidades divinas. Tampoco hay requisitos específicos que un miembro deba cumplir para recibir un llamamiento, salvo la buena disposición y el amor por la obra del Señor.

¿Y los que, por diferentes circunstancias, no pueden aceptar un llamamiento, aunque lo harían con todo el corazón si pudiesen?

"Dios se regocija en nuestro progreso, y nosotros también deberíamos hacerlo, incluso cuando todavía tengamos trabajo que hacer. En ocasiones, puede que carezcamos de la fortaleza o de los medios para servir en un llamamiento. No obstante, podemos participar en la obra y proteger nuestros testimonios de varias maneras significativas, por ejemplo, orando y estudiando las Escrituras. Nuestro amoroso Padre Celestial no nos condena cuando estamos dispuestos a servir pero no podemos hacerlo."

Como se ve, el Señor "no hace nada a menos que sea para el beneficio del mundo". (2 Nefi 26: 24)