Amo escribir y he tenido oportunidades de desarrollar ese don, talento o como quieras llamarlo tanto desde el Instituto como por iniciativas propias a lo largo de estos veinticinco días que casi no tuvimos clases en el Profesorado. Y digo "casi" porque ayer y antes de ayer tuvimos encuentros con dos profesoras. Con el resto, no porque se estaban dando los finales y otras cuestiones. Empezaremos la semana que viene "con todo" según una profesora. ¡Qué miedito! 😱😜
Pero vuelvo a lo que me dio mayor satisfacción en estas últimas semanas: la lectura de textos literarios y la escritura. Desde la materia Teoría Literaria nos mandaron a leer el Diario de Ana Frank para, luego, hacer una reseña. Esto me dio la oportunidad de hacer todo un trabajo investigativo alrededor de la figura de Ana y de sus crónicas. El mundo de Ana es tan fructífero e inspirador que pronto espero poder compartir mis impresiones y lo que fui descubriendo. La reseña la subiré oportunamente en El club de Amy (que bien abandonado lo tengo).
Por otra parte, sigo subiendo algunas de mis invenciones literarias a ELE Dunken (una plataforma para lectores y escritores que, dicho sea de paso, eligió una de mis ficciones para publicar en una antología) y estoy participando en un Mundial de Escritura. Se trata de escribir, a lo largo de dos semanas, historias de tres mil caracteres o más, siguiendo una consigna que funciona como disparador. Las consignas son diarias y, aunque los textos se suben de forma individual, debemos "jugar" en equipo (a mí me asignaron un grupo aleatoriamente). Al finalizar la etapa de escritura (el 28 de agosto), los integrantes debemos elegir uno solo de esos textos para que sea evaluado por un jurado y decida si queda entre los diez finalistas y, posteriormente, si es el ganador del Mundial.
No estaba muy segura de anotarme, ya que con los textos (literarios y académicos) del Profesorado tengo suficiente pero me dio curiosidad y es, además, otra manera de probarme a mí misma hasta dónde soy capaz de llegar. Más allá de si mi cuento queda (o no) estoy satisfecha con el rumbo que está tomando mi creatividad. Todas las historias que coseche en este Mundial pasarán a formar parte de la lista de cuentos que ya tengo.
Y como si esto fuera poco, tengo varios concursos literarios en la mira. ¡Siento que es mi año! ¿Será?