Desde hoy, memorizando éste documento de La Iglesia de Jesucristo de Los Santos de los Últimos Días (que, como verán, es una declaración de la creencia que, como miembros, tenemos del Salvador) 👇👇👇👇👇👇👇👇👇👇👇👇👇👇👇👇👇👇👇👇👇👇👇👇👇👇👇👇👇👇👇👇
¿Que por qué lo voy a memorizar? En realidad es algo que los líderes de la Iglesia nos vienen aconsejando hacer hace rato.
En la Conferencia General de abril de 2017 el élder Russell M. Nelson (nuestro actual Profeta), dijo:
"El profeta José Smith hizo hincapié en la importancia de la misión del Salvador cuando declaró enfáticamente que “Los principios fundamentales de nuestra religión son el testimonio de los apóstoles y de los profetas concernientes a Jesucristo: que murió, fue sepultado, se levantó al tercer día y ascendió a los cielos; y todas las otras cosas que pertenecen a nuestra religión son únicamente apéndices de eso”
Fue esta declaración del Profeta la que incentivó a 15 profetas, videntes y reveladores a publicar y firmar su testimonio para conmemorar el aniversario número 2.000 del nacimiento del Señor. Ese testimonio histórico se titula “El Cristo Viviente”. Muchos miembros han memorizado las verdades que contiene; otros apenas saben que existe. A medida que procuran aprender más acerca de Jesucristo, los insto a estudiar “El Cristo Viviente”."
En la misma Conferencia, M. Russell Ballard nos aconsejó:
"Debemos mantener la doctrina y el evangelio de Jesucristo en el centro de nuestras metas y planes. Sin Él, no se puede lograr ninguna meta eterna, y nuestros planes para lograr nuestras metas eternas fracasarán.
Una ayuda adicional es “El Cristo Viviente: El Testimonio de los Apóstoles”, que se presentó a la Iglesia el 1 de enero de 2000. Coloquen una copia donde puedan verla y dense tiempo para repasar cada una de las declaraciones que se hallan en ese testimonio inspirado de Cristo por parte de Sus testigos especiales que lo firmaron."
Jean B. Bingham (Presidenta General de la Sociedad de Socorro) aceptó el desafío de memorizar "El Cristo Viviente" y nos alentó a hacer lo mismo, al decirnos:
"A medida que he estudiado la vida y las enseñanzas de Jesucristo con más atención y he aprendido de memoria ‘El Cristo Viviente’, mi gratitud y mi amor por nuestro Salvador han aumentado. En cada frase de ese documento inspirado se halla un sermón y ha aumentado mi comprensión de Sus funciones divinas y de Su misión terrenal. Lo que he aprendido y sentido durante ese período de estudio y reflexión confirma que Jesús verdaderamente “es la luz, la vida y la esperanza del mundo”. (Para que tu gozo sea cabal, Liahona Noviembre 2017, página 85)
Ahora viene a mi memoria que hace muucho, allá por el 2010, cuando yo estaba en la presidencia de Mujeres Jóvenes de mi barrio, completé algunas experiencias del Progreso Personal. Después de completar seis experiencias de cada valor, tocaba elegir un proyecto y llevarlo a cabo. Entre los cuatro proyectos del valor Fe, se encuentra el memorizar "El Cristo Viviente". En su momento no lo elegí porque me pareció un desafío demasiado grande para mí. Memorizar no es mi fuerte. No al menos, a largo plazo. Quizás memorizo por un tiempo y luego se me olvida (es frustrante ¿no?🙍)
Lo que me decidió un poco fue que ayer, al leer en Sociedad de Socorro el discurso de la hermana Bingham que cité más arriba👆👆👆👆👆👆👆👆👆👆👆👆👆👆 me tocó leer tooodo "El Cristo Viviente" 😊.
Lo que me terminó de convencer fue que en un momento de la clase que les dí a los Hombres y Mujeres Jóvenes (no soy la maestra "formal" de los domingos, solo me asignaron por un día 😏) les dije una frase que suelo usar: "Lo bueno, cuesta" (la clase trató de por qué el aprender es importante en el plan del Padre Celestial).
En la Conferencia General de Octubre de 2014, la hermana Neill F. Marriot contó:
"Este verano tuve el privilegio de asistir a un campamento de 900 mujeres jóvenes en Alaska; influenciaron en mí profundamente. Llegaron al campamento espiritualmente preparadas, habían leído el Libro de Mormón y memorizado “El Cristo Viviente: El testimonio de los Apóstoles”. En la tercera noche de campamento, las 900 jovencitas se reunieron y repitieron todo el documento, palabra por palabra.El Espíritu llenó todo el salón, y deseé hacerlo también. Pero no podía; no había pagado el precio de memorizarlo."
Así que acá estoy, dispuesta y determinada a pagar el precio de memorizar "El Cristo Viviente".
¿Mi plan para "memorizar"? 1) Dedicar cada día a un párrafo (o más días, dependiendo de la extensión del párrafo)
2) Escribir palabras clave, que me ayuden a enlazar todo el texto (lo aprendí en seminario, cuando se debían memorizar los Dominios de Escritura 😎)
3) Estudiar las escrituras relacionadas a cada palabra clave (si la palabra clave no está en la Guía para el Estudio de las Escrituras, buscaré sinónimos)
4) Practicar varias veces al día hasta que recite el párrafo de memoria, sin echarle una miradita al documento.
¿Lo lograré? ¿Que piensan?
Mas allá de que memorice "El Cristo viviente", el objetivo final de este "desafío" o meta es el de llegar a conocer y sentirme mas cerca del Salvador, y de que mi testimonio y mi amor por Él crezcan.