Llueve sobre Buenos Aires. Es feriado. Es uno de esos días que tienen ese no se qué que me encanta. Acabo de leer las escrituras (previa activación del modo avión en mi celular para no estar escuchando a cada rato el sonidito de los mensajes de Whatsapp. ¡¡¡¡Ahhh, qué paz!!! ¿Lo probaste?) ¿Qué vino a mi mente? Que quiero expresar que no busco agradar al mundo sino al Señor.
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"Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de lo cual no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte." /2 Corintios 7: 10)
"Pues he aquí, no debiste haber temido al hombre más que a Dios. Aunque los hombres desdeñan los consejos de Dios y desprecian sus palabras, sin embargo, tú debiste haber sido fiel; y con su brazo extendido, él te hubiera defendido de todos los dardos encendidos del adversario; y habría estado contigo en todo momento de dificultad." (Doctrina y Convenios 3: 7-8)
"¡Ay de aquellos que perviertan de esta manera las vías del Señor!, porque perecerán, salvo que se arrepientan. He aquí, hablo con valentía, porque tengo autoridad de Dios; y no temo lo que el hombre haga, porque el amor perfecto desecha todo temor." (Moroni 8: 16)
"De modo que no escribo las cosas que agradan al mundo, sino las que agradan a Dios y a los que no son del mundo." (1 Nefi 6: 5)
"...No busco los honores del mundo, sino la gloria de mi Dios y la libertad y el bienestar de mi país..." (Alma 60: 36)
“...no busco mi voluntad, sino la voluntad del Padre, que me envió” (Juan 5:30)
¡Buena vida!